ECONOMíA › NEGOCIACION CONTRA RELOJ PARA CERRAR TRATO ANTES DEL DIA D
El segundo viaje, a todo o nada
El lunes viajará a Washington el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, para trabajar sobre la versión definitiva de la carta de intención. Si las cosas marchan bien, entonces iría Lavagna a firmar. “Las posiciones están cerca”, dijo el ministro.
El secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, viajará el lunes por la noche a Washington para intentar cerrar las negociaciones con el Fondo Monetario, antes del día D, el 14 de noviembre próximo. Si las cosas marchan bien, entonces viajaría el ministro Roberto Lavagna para estamparle la firma. Ayer, hubo contactos telefónicos entre funcionarios del equipo económico y del FMI, en los que se decidió la misión de Nielsen. Además, hubo un guiño público de Washington: el subsecretario del Tesoro, John Taylor, aseguró que las negociaciones “están progresando”.
Los funcionarios de la administración Duhalde están convencidos de que el acuerdo con el FMI llegará antes de que el Banco Mundial se vea obligado a declarar al país en default.
Ayer, desde el coloquio de Idea en Mar del Plata, Lavagna dijo que las posiciones con el Fondo Monetario “están muy cerca”. Pero siguió manejándose con prudencia y negó que se estuviese a punto de firmar. Por otro lado, insistió con que “no vamos a firmar nada que no sea cumplible y que pueda herir al veranito”.
La declaración de Taylor fue tomada con optimismo en la Casa Rosada, donde los principales colaboradores del Presidente ya dan como un hecho el acuerdo. Durante el día hubo contactos telefónicos entre Guillermo Nielsen y el director de Asuntos Monetarios del organismo, John Dodsworth. En una de esas conversaciones se agendó el viaje de Nielsen para el lunes próximo. Dodsworth es un funcionario clave, ya que hoy el principal tema abierto en las negociaciones serían los amparos. El Fondo sigue insistiendo con la cuestión, porque considera que ponerle un freno a la salida de depósitos por esta vía es la única manera de fijar la famosa ancla monetaria; es decir, establecer un tope a la emisión monetaria. El otro tema que desvela al Fondo y a los bancos es que no se prorrogue la suspensión de las ejecuciones bancarias, algo que Lavagna se comprometió personalmente que no ocurrirá.
En el resto de los puntos en discordia, la contrapropuesta enviada por Lavagna a Washington habría encontrado buena recepción entre los burócratas de Washington. Como informó Página/12, los dos principales son los siguientes:
- El Gobierno aceptaría una meta de superávit fiscal de 2,5 por ciento del PBI para el año próximo, lo que representaría un ajuste adicional de 5000 millones de pesos. Pero se comprometería a alcanzarlo recortando gastos en lugar de incrementando impuestos, como pretendía originalmente el Fondo. Así, Lavagna aceptaría poder del Presupuesto 2003 una buena tajada de la partida de 3500 millones de pesos que se había incluido sin asignación específica, en previsión de eventuales aumento de costos de los insumos estatales. Lavagna dijo en Mar del Plata que él no iba a eliminar este fondo. Pero la negociación en curso indica otra cosa. Además, se mantiene el proyecto de convertir en porcentaje el impuestos a los combustibles, que actualmente es una suma fija, con lo cual la recaudación crecería a la par de los precios.
- En cuanto a las tarifas de servicios públicos, la propuesta es un incremento del 10 por ciento para este año, pero con el compromiso de continuar escalonadamente el ajuste a lo largo del año próximo.
Nielsen recibirá en Washington la respuesta al cuarto borrador de carta de intención. Si la evaluación del Fondo es buena, sólo después de asegurarse de que el acuerdo está cerrado, el propio ministro de Economía tomaría el avión. Es lógico: volver de Washington dos veces en menos de un mes con las manos vacías sería demasiado.