Martes, 9 de junio de 2009 | Hoy
ECONOMíA › ESTADOS UNIDOS BUSCA PARAR LA SANGRíA DE EMPLEOS
Obama anunció otro programa de reactivación para crear o salvar 600 mil puestos de trabajo, luego de que ya se perdieron más de seis millones. La FED advirtió que la salida de la crisis será lenta.
El gobierno estadounidense intenta encontrar un freno a la destrucción de empleos en ese país, mientras que se prevé que la crisis seguirá extendiéndose por un período prolongado. Luego de que se conociera la semana pasada el peor índice de desocupación de los últimos cincuenta años, el presidente Barack Obama anunció ayer que se lanzará un programa para crear o salvar unos 600.000 puestos en los próximos cien días. El Departamento de Trabajo de Estados Unidos deberá implementar en tiempo record las medidas necesarias para reactivar la actividad, en tanto la Reserva Federal pronostica una salida “dolorosamente lenta” de la crisis. La entidad, que conduce Ben Bernanke, anunció también haber recibido satisfactoriamente los planes de recapitalización de los diez mayores bancos a los que exigió un refuerzo de sus fondos propios. El contexto se reflejó en la jornada bursátil, donde el índice Dow Jones finalizó casi sin cambios ante el impulso de las acciones del sector bancario que permitió recuperarse de la baja inicial.
Preocupado por los pésimos números que se difundieron el viernes último en materia laboral, el presidente estadounidense anunció otro programa de reactivación económica. El Departamento de Trabajo informó que se habían perdido 345.000 puestos en mayo, la cifra más baja desde septiembre pasado, aunque la tasa de desempleo es ya de 9,4 por ciento, el nivel más alto en medio siglo. De esta manera, se llevan perdidos seis millones de puestos desde que se desencadenó la crisis, en julio de 2007. “Fue menos de lo esperado, pero todavía muy alto”, dijo Obama respecto de las cifras de mayo. El presidente reconoció que su “mayor preocupación” es que la destrucción de empleos alimente un círculo vicioso que ocasione una caída adicional del consumo y más desempleo.
El presidente Obama aseguró que para impedir que la situación empeore su gabinete económico impulsará diez grandes proyectos, financiados con fondos del paquete de estímulo que se aprobó a principios de año. Entre las medidas que se pondrán en marcha de inmediato figura la concesión de nuevos servicios en centros de salud de todo el país, el trabajo en 107 parques nacionales, las mejoras en 98 aeropuertos, autopistas e instalaciones médicas de veteranos de guerra. El Ejecutivo planea también crear 125.000 puestos temporales para los meses de verano para jóvenes y poner en marcha 200 centros de tratamientos de agua y residuos en localidades rurales. De esta manera prevé crear (y salvar) 600.000 empleos en el país.
Mientras se llevan a la práctica estas medidas tendientes a reactivar la actividad, el gobernador de la FED, Daniel Tarullo, reconoció que la recuperación “podría ser dolorosamente lenta”. “Aunque hay razones para avanzar con prudencia en la materia, existe una necesidad real de nuevas acciones de control para reforzar las normas existentes sobre las remuneraciones” de los directores de las instituciones financieras, dijo Tarullo en un discurso en Washington. El Consejo de la Reserva presentará esta semana una serie de criterios sobre las modalidades de remuneración de los altos funcionarios de la banca para impedir la repetición de los excesos de los últimos años.
Para evitar las condiciones impuestas por el Estado a cambio de la ayuda otorgada, varios bancos estadounidenses importantes solicitaron reembolsar los fondos públicos recibidos. Ayer la Reserva informó que recibió los planes de recapitalización de los diez mayores bancos del país. De todos modos, el banco federal no dio luz verde a ninguna institución en particular para reembolsar al gobierno su inyección de capital, como esperaban algunas de las entidades.
El banco estadounidense Citigroup, en tanto, anunció que la operación de convertir en acciones ordinarias 33.000 millones de dólares en títulos híbridos garantizados por los inversores privados y el Estado se hará esta semana. La información es contraria a los rumores que estimaban un posible retraso. El intercambio llevaría a una nacionalización parcial del Citi, al cual el auditor gubernamental identificó una necesidad adicional de fondos propios de 5500 millones de dólares. La conversión de las acciones requirió de autorizaciones, “federales y otras”, que explican las dilaciones, justificó el grupo a través de un comunicado.
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