La Corte Suprema de Estados Unidos anunció ayer su decisión de congelar hasta nuevo aviso la venta de Chrysler a la italiana Fiat. La jueza Ruth Bader Ginsburg firmó una orden postergando el cierre del acuerdo apoyado por los gobiernos estadounidense y canadiense que permitiría a Chrysler salir de la quiebra como una nueva empresa. La decisión permitirá a los miembros de la Corte decidir si habilitan una audiencia sobre aspectos legales. Los portavoces de la administración Obama advirtieron que el aplazamiento podría hacer colapsar el acuerdo. La apelación de emergencia, para bloquear el proceso, fue presentada por un grupo de fondos de pensión del estado de Indiana, que estaba en contra de la operación.