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El dólar subió otro centavo ayer en el mercado cambiario local y el peso continúa ganando competitividad en la comparación multilateral. El Banco Central intervino la plaza con ventas, aunque sin llegar a trabar el ajuste alcista de la divisa estadounidense. El promedio de las operaciones al público convalidó un ajuste de un centavo, para finalizar en las pizarras a 3,82 pesos. Los exportadores de granos regulan su ingreso a la espera de mejores precios para su cosecha y la ausencia de sus liquidaciones es compensada por la intervención oficial. Los especialistas consultados coinciden en que falta entre 30 y 40 millones de dólares para compensar la demanda privada y el Central es quien salva la diferencia. Tras su participación, la autoridad monetaria concluyó con 45.958 millones de dólares en reservas. En lo que va del año el peso se depreció nominalmente 10,1 ciento contra el dólar, mientras el real retrocedió 9,9 por ciento.

Si bien quedaron sin asidero las especulaciones acerca de una devaluación abrupta luego de las elecciones, el ajuste paulatino del dólar no cesó, ni se intenta detenerlo. La demanda privada por dólares se encuentra inalterada, pero perdió incidencia en las últimas ruedas tras los comicios legislativos. De todos modos, las empresas de envergadura se vuelcan más por estos días hacia las operaciones a término para asegurarse un tipo de cambio futuro, que a conseguir el billete físico. El volumen de compras minoristas se redujo a la mitad luego de las elecciones. Fuentes del Central informaron a Página/12 que los pedidos diarios pasaron de los 100 millones de dólares, de hace quince días, a unos 50 millones actualmente.

Del otro lado del mostrador, los exportadores ingresan de forma espaciada sus ventas para especular con el aumento de los precios de los granos y, en menor medida, con nuevos ajustes de la divisa. “Los productores cerealeros están hoy más preocupados por una escalada de los precios internacionales que por la ganancia que obtengan ante una mayor devaluación y eso se hace sentir en la plaza local”, explicó a este diario el responsable de una mesa de cambios. Ayer los precios de los contratos de soja, trigo y maíz cayeron en Chicago, debido a que se verificaron lluvias en las zonas agrícolas de Estados Unidos que ayudan al crecimiento de los cultivos y que permiten esperar buenas cosechas.

Es así que en las últimas semanas los movimientos se “han estandarizado” en un ingreso de 80 millones de dólares de los exportadores y una diferencia de entre 30 y 40 millones que coloca el Central para equilibrar la plaza. En la rueda de ayer el organismo intervino temprano vendiendo dólares y sobre el final, cuando la divisa dio vuelta la tendencia, aprovechó para recomprar. El impacto de su intervención en el stock de reservas internacionales fue neutro. Su participación en el mercado a término también fue menor. “Desde mayo los contratos a fin de mes han suavizado sus tendencias y el Central no interviene tanto para reducir esa brecha”, reconoció un colaborador del titular del organismo. En el Rofex rosarino los contratos se pactaron en 3,83 pesos para la posición de fin de julio.

En el segmento mayorista, el billete verde cerró a 3,803 pesos, frente a los 3,802 que se pagaron el viernes, mientras que el volumen negociado ascendió a 319 millones de dólares. En términos nominales, la divisa acumula una apreciación de 10,1 por ciento respecto de los 3,47 pesos que se pagaban en bancos y casas de cambio a fines de diciembre último. También impactó la devaluación generalizada del resto de las monedas de la región. En el mismo lapso, el real brasileño pasó de 1,779 por dólar a 1,956 unidades con que cerró ayer. En contraposición, los activos en la Bolsa porteña finalizaron en terreno negativo. El panel Merval de empresas líderes retrocedió ayer 1,6 por ciento, en tanto los bonos cedieron hasta 2,5 por ciento en el caso de la emisiones más líquidas.