ECONOMíA › PESE A LA CRISIS, EL EMPLEO EN NEGRO TUVO UN LEVE DESCENSO

Como la tortuga, pero avanza

La desocupación aumentó a 8,8 por ciento en el segundo trimestre, pero la informalidad cayó 3 décimas en el mismo período, a 36,2 por ciento. La explicación oficial lo atribuye a la moratoria de la AFIP y a la ayuda del Ministerio de Trabajo.

El empleo “en negro” afecta al 36,2 por ciento de los trabajadores. Son 4 millones de personas sin derechos laborales básicos. El dato corresponde al segundo trimestre y marca una leve baja de 3 décimas frente al 36,5 de igual período del año pasado. Teniendo en cuenta la paulatina baja del trabajo no registrado desde 2004, este año la crisis internacional le quitó velocidad a la mejora. El panorama del mercado de trabajo se completa con un aumento de la desocupación, que llegó a 8,8 por ciento, y de la subocupación, que ascendió a 10,6. Desde el Ministerio de Trabajo destacaron el efecto positivo del programa de blanqueo de trabajadores que está llevando a cabo la AFIP y la aplicación del Repro (Programa de Recuperación Productiva) para el sostenimiento del empleo.

De acuerdo con los datos que publicó el Indec, la situación laboral es dispar según la región geográfica del país. El problema de la informalidad recrudece en el Norte, donde las tasas superan el 45 por ciento. En el caso de Jujuy, la mitad de los trabajadores está “en negro”, seguido por Santiago del Estero (47,3), Tucumán (47,2) y Corrientes (46,0). En cambio, en la región patagónica la informalidad es mucho menor: 21,5 por ciento en promedio. Según explican desde la AFIP, los operativos para relevar la informalidad en establecimientos productivos se guían por sectores “de riesgo”. Uno de ellos es el “agro profundo” (alejado de las grandes urbes) que, afirman en el organismo, llegaría a cifras que superan holgadamente el 50 por ciento de trabajo en negro. Otros focos de informalidad son la industria de la madera y el empleo doméstico.

El organismo de estadísticas presentó ayer datos desagregados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). De allí surge que los problemas laborales son mayores para las mujeres. Tienen una tasa de desocupación casi dos puntos mayor que la de los hombres. En especial, las mujeres de hasta 29 años llegan a una tasa de 18,6 (casi 10 puntos por encima del promedio general). Además, en el informe oficial figuran los datos demográficos del trimestre. En los 31 aglomerados urbanos relevados, un 47,5 son varones y el 52,5 mujeres. El rango de edad con más población es entre 20 y 29 años. En tanto que un 64,1 de los jefes de hogar son varones.

Teniendo en cuenta el contexto de crisis, desde la cartera que encabeza Carlos Tomada están conformes con el desempeño del mercado de trabajo. “El impacto fue menor al esperado”, afirmaron a Página/12. La AFIP está llevando a cabo un programa de normalización laboral con beneficios fiscales para estimular el blanqueo de trabajadores. “Las inspecciones siguen, no se puede pagar la crisis con el empleo”, agregaron.

Lo cierto es que la situación laboral es ambigua. A pesar de seis años de fuerte crecimiento económico, entre desocupados y subocupados se llega al 20 por ciento de la población. Además, un 36,2 de los empleados se desempeñan de manera informal. Sin embargo, el desempleo ha bajado más de un 60 por ciento desde el año 2002, cuando superaba los 20 puntos. A la vez, el empleo en negro se ubicaba en 52,4 por ciento en 2004, cayendo más de un 40 por ciento hasta la fecha.

La cartera que encabeza Tomada posee un programa específico para evitar despidos. Se subsidia una parte del salario de empleados de empresas que presenten una situación de riesgo. “El Repro permite que no se rompa el vínculo laboral, es una forma de contención”, indicaron desde el Ministerio. Abarca a casi 115 mil trabajadores, que en un 96 por ciento pertenecen a pymes, segmento donde los problemas son más acuciantes.

El desempleo es más alto en la región pampeana y ciudades como Mar del Plata y Santa Fe encabezan la lista. También Tierra del Fuego tiene un panorama negativo y lideró la suba de la desocupación. Desde la provincia más austral reclaman por protección fiscal a la industria a través del impuesto a los productos electrónicos. Como la demanda de bienes cayó más que la de servicios, el impacto laboral en la industria es más alto, y esto se verifica en las regiones en las que predomina esta actividad.

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Hay cuatro millones de personas que sufren el empleo en negro, sin derechos laborales básicos.
Imagen: AFP
 
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