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“El gasoducto del Noreste será una realidad”, prometió ayer el ministro de Planificación, Julio De Vido, en referencia a un proyecto que ha sufrido numerosas marchas y contramarchas. “Se alimentará con gas de Bolivia o bien con gas producido en el país, más concretamente en Tierra del Fuego”, agregó, lo cual constituye a la vez una novedad y un reconocimiento de las dificultades para conseguir que el país vecino cumpla con los contratos de abastecimiento, por las demoras en las inversiones para extraer el fluido. De Vido hizo esas declaraciones en Formosa, adonde viajó para participar del acto de apertura de sobres de la licitación para una línea de alta tensión en esa provincia.

La obra forma parte del proyecto de interconexión eléctrica entre el NEA y el NOA. “Con estas obras estamos integrando a esta región a la red eléctrica del país, porque actualmente se puede decir que no están conectados, sino que están enganchados igual que aquel que se cuelga del cable de la luz del vecino”, describió De Vido. “Es una vergüenza que la República Argentina no haya provisto energía digna al Norte en todos estos años”, reprochó.

La interconexión en alta tensión NEA-NOA comprende dos tramos: el Oeste, que abarca las provincias de Tucumán, Salta, Jujuy y parte de Santiago del Estero, y el Este, que comprende parcialmente Santiago, Chaco y Formosa.

El costo actualizado de los contratos de esta obra para ambos tramos es de 3842 millones de pesos y registra un grado de avance del 35 por ciento en su tendido.

En lo que respecta a la provisión de gas natural al Noreste, De Vido destacó: “Estamos altamente interesados por el gas de Bolivia”, pero indicó que el futuro gasoducto para la región “también podrá recibir el gas producido en Tierra del Fuego”, una vez que concluyan las obras de tendido del segundo ducto que atraviesa el Estrecho de Magallanes. Sobre esta obra, el ministro reveló que “este mes llegan las tuberías y estimamos que el Transmagallanico estará habilitado en el primer trimestre de 2010”.