Luego de una demora de tres semanas, la Corporación Venezolana de Guayana pagó ayer a Techint los 300,2 millones de dólares del tramo correspondiente a la reestatización de Sidor, deuda que el gobierno de Hugo Chávez está cancelando en cuotas. En octubre de este año terminaría de integrarse el total por los 1970 millones de dólares que Venezuela se comprometió a abonar para recuperar la acería, que hoy el Estado de ese país comparte con los trabajadores.

Ternium, la división del holding de los Rocca dedicada a la siderurgia, informó ayer en un comunicado que recibió los pagos correspondientes a febrero del 2010. Estos consisten en 158,2 millones de dólares más un prepago obligatorio de 142 millones que debían integrarse el 9 de febrero. Fue entonces que la administración chavista hizo saber que se demoraría unos días, pero aseguró que no eludiría la obligación contraída con la empresa argentina con motivo de la reestatización de Sidor.

El acuerdo con la firma local fue celebrado en mayo pasado, después de más de diez meses de discusión. En virtud de este pacto, el Estado se disponía a recuperar el 59,7 por ciento de acciones que estaba en manos del holding argentino desde hacía doce años. Entonces, Amazonia (una sociedad de Ternium y Siderar, ambas del grupo) había pagado 1200 millones de dólares por esa porción, transformándose en socia del Estado venezolano, que tenía un 20, y de los trabajadores, que tenían (y aún conservan) una porción similar.

Las diferencias de criterio con la administración chavista surgieron cuando los venezolanos comenzaron a exigir condiciones más ventajosas de provisión de la chapa al mercado interno, que Sidor abastecía a riguroso valor de mercado. Pero se acentuaron cuando el Estado trató de mediar en un conflicto con los trabajadores, que reclamaban una mejora en las condiciones laborales. Estos conflictos alentaron la decisión de Chávez de rescatar la acería, paso que se enmarca en la voluntad del presidente caribeño de controlar recursos estratégicos. El procedimiento también honró otra de las pautas propias del líder venezolano, como es pagar las empresas estatizadas a valor real o de mercado.

Para concluir la operación fue importante la intervención del gobierno argentino, cuyos buenos oficios habrían ayudado a que Venezuela mejorara su oferta inicial de 800 millones, lejos de los 4000 que públicamente Techint decía pretender. Así se llegó a los 1970 millones a integrar en varias cuotas, de los cuales 400 millones se hicieron efectivos de inmediato.

La actividad siderúrgica no atravesó el año pasado su mejor momento. Eso lo muestran los balances de Ternium, que recortó a la mitad sus nutridas utilidades: aun así, éstas superaron los 1200 millones de dólares. Pero esa parece, apenas, una situación pasajera explicada por la merma en la demanda mundial que produjo la última crisis. Ternium, líder mundial en la producción de tubos sin costura, sigue operando a pleno desde Argentina y desde México, otro de los países donde desarrolla sus negocios. Más complicada parece la situación de la propia Sidor, cuya producción se retrajo en el último año y con algunos problemas de gestión que los funcionarios chavistas aún no consiguieron superar.