ECONOMíA › EL DOLAR LIBRE, POR DEBAJO DE LA COTIZACION OFICIAL
Sueño de una noche verde en paz
Una abultada liquidación de dólares por parte de los exportadores significó que el Banco Central terminase ganando 72,3 millones de dólares para las reservas. El inminente acuerdo con el FMI y necesidades estacionales de pesos impulsaron una baja del dólar.
Al menos por un día, los “coleros” no hicieron negocio. Por primera vez desde la devaluación, el dólar libre se ubicó por debajo del oficial. Exactamente a 3,49 pesos para la venta contra 3,50 en el mercado que opera “por cuenta y orden” del Banco Central. De esta manera, el dólar libre quedó en el nivel más bajo desde el 17 de mayo último, confirmando la vigencia del veranito financiero. Para los empresarios, esta situación se mantendrá por lo menos durante el próximo semestre.
El último viernes, el dólar libre había cerrado a 3,52 pesos en la punta vendedora. La caída de ayer se dio en el marco de una fuerte liquidación de divisas por parte de los exportadores. En la ventanilla del Central dejaron 91,5 millones de dólares, lo que permitió que la autoridad monetaria embolsace 72,3 millones para sus reservas, el máximo en lo que va de diciembre. En lo que va del mes, el BC ya ganó 417,4 millones. Con estos resultados, las reservas rozan los 10.400 millones de dólares.
En la visión de los financistas, hay al menos dos situaciones para explicar el retroceso del dólar:
- Un cambio de expectativas ante el posible acuerdo con el Fondo.
- Una mayor demanda de pesos, por motivos estacionales.
Respecto del primer punto, el apuro de los exportadores por desprenderse de las divisas se debe a que un pacto con Washington podría revalorizar al peso. Al mismo tiempo, la sucesión de feriados por las fiestas de fin de año están apurando el ritmo de esas liquidaciones.
En relación CON la mayor demanda de pesos, ayer hubo un dato sintomático: hubo grandes empresas colocando sus dólares en el mercado mayorista para hacerse de pesos y así poder cumplir con los compromisos de fin de año, como el pago del aguinaldo y salarios. Por este motivo, la demanda de dólares rozó apenas los 20 millones de dólares. En el mercado mayorista, el dólar también mostró una tendencia declinante: terminó a 3,50 pesos, contra 3,51 del viernes pasado.
Al mismo tiempo hubo una importante recuperación de las acciones. Los papeles empresarios subieron 4,6 por ciento en promedio, empujados por Pérez Companc, que avanzó 6,6 por ciento.
La caída de la moneda estadounidense volvió a estar acompañada de un abaratamiento en el costo del dinero. Aunque de una manera menos espectacular que en otros tiempos, las Letras del Banco Central (Lebac) volvieron a evidenciar un rumbo a la baja. Las mermas fueron desde 0,5 hasta 1,5 punto. En este último escalón se ubicó la licitación de Lebac a 9 meses, las de más largo alcance. El Gobierno pagó 57 por ciento anual para colocar 61 millones de pesos. Del total ofrecido por el Central de 260 millones de pesos, sólo pudo colocar 206 millones. El punto a favor es que el 60 por ciento fue lanzado en los plazos más largos, a seis y nueve meses.
En este contexto de calma financiera, los empresarios creen que el veranito se extenderá en el mediano plazo. Según una encuesta realizada por la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), seis de cada diez compañías aventuró que el tipo de cambio oscilará entre 3,50 y 4 pesos durante el próximo semestre. De la compulsa participaron 136 empresas de los distintos sectores de la economía, instaladas en la Capital y el conurbano bonaerense. Apenas el 11,8 por ciento de los consultados manifestó que el dólar valdrá entre 4 y 4,50 pesos hacia mediados de 2003. Y tan sólo el 1,4 por ciento señaló que el dólar se escapará más allá de los 4,50 pesos.
El 71,3 por ciento de los empresarios opinó también que debería mantenerse el actual régimen cambiario, y sólo el 18 por ciento se pronunció a favor de una nueva Convertibilidad. El 5,9 por ciento prefirió una dolarización de la economía. Estos resultados marcan un fuerte contraste con la opinión que tenía el empresariado seis meses atrás. En junio, cuando la UCES consultó a las mismas compañías, el apoyo a la flotación cambiaria alcanzaba al 31,9 por ciento, mientras que otro 31 por ciento pedía una nueva Convertibilidad. Pero la paz financiera no sólo provocó cambios drásticos en las opiniones de los hombres de empresas. También amenaza con arruinar el negocio de los “coleros”, esas personas que diariamente forman largas filas frente a las casas de cambio y cobran cinco pesos por operación para comprar dólares en el tramo oficial y colocarlos en el paralelo.