ECONOMíA › ENARGAS LAUDO ENTRE AUTOMOVILISTAS Y ESTACIONEROS
La pelea por la oblea de GNC
Los propietarios de vehículos con motores a gas natural comprimido ya no tendrán que pegar una oblea en el parabrisas para identificar el equipo. Son comunes las discusiones en las estaciones de servicio de GNC por la ausencia de la oblea: los automovilistas explican que la retiraron por el aumento de los robos de los coches propulsados a gas y los estacioneros se niegan a cargar porque tienen la obligación de verificar la existencia del sticker. Después de tantas peleas y de tantas maldiciones cruzadas, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) modificó ayer el sistema de control. Por una parte les dio la razón a los conductores, que ya no tendrán que exhibir aquella identificación. Por otra, reforzó la posición de los estacioneros, pues de ahora en más no habrá que pegar una sino dos etiquetas: una del lado de adentro del capot, y otra en el exterior del vehículo, en la parte trasera.
Las estaciones de servicio sólo deberán controlar que esté pegada la etiqueta del capot para realizar la carga. El Enargas explicó que los autos a gas tienen que cumplir con dos normas básicas de seguridad. La primera es demostrar que el equipo está habilitado y, además, que no es robado. Para eso servirá la etiqueta del capot. La segunda es que el coche pueda ser fácilmente identificado por las fuerzas de seguridad, por los bomberos y por defensa civil. Esta será la función del segundo sticker. Su exposición delimita, además, las responsabilidades civiles del titular del vehículo en caso de accidente.
“El objetivo del desdoblamiento es establecer una transición hacia un nuevo sistema de control electrónico, inteligente y más sofisticado, que será implementado en el futuro”, señalaron en el Enargas. Los voceros del ente afirmaron que este desdoblamiento entre habilitación para la carga e identificación de la unidad no está relacionado con el tema de los robos a este tipo de vehículos.
“Eliminar la identificación no sería un freno al robo. Los asaltos son cometidos por expertos que saben si el auto es a GNC o no, simplemente agachándose y mirándolo desde abajo”, explicaron. Luego aclararon que “lo que hizo el Enargas para evitar los robos es generar una base de datos accesible a todo el público. “Si el usuario quiere comprar un equipo usado puede ingresar a la base con el número de documento del vendedor y corroborar si los datos del equipo que le venden son veraces o no”, agregaron las fuentes.
En relación al GNC, el Consejo Nacional del Transporte, entidad que reúne a los empresarios y sindicatos prestadores de todo tipo de transporte terrestre automotor y ferroviario, plantearon al Gobierno su “rotunda y categórica oposición” al proyecto de ley que impulsa el uso obligatorio del GNC en el sector. Uno de los principales motivos para la oposición es que el proyecto “pretende financiarse con fondos aportados, entre otros, por el sector de Cargas, generados para otra finalidad”. Por ejemplo, se planea utilizar recursos provenientes de la tasa sobre el gasoil, que se utiliza para subsidiar a los usuarios de ese combustible.
Mientras los transportistas se quejaban por el GNC, el Gobierno les concedió otro beneficio: autorizó a las empresas de colectivos urbanos, suburbanos e interurbanos a postergar hasta mayo próximo la obligación de retirar del servicio las unidades modelos 1990, 1991 y 1992.