EL PAíS › LOS ARTEFACTOS CASEROS ESTALLARON EN LA MADRUGADA SIN QUE HUBIERA VICTIMAS

Dos bombas en locales de la UCR y el PJ

Dos bombas de mediano poder y de construcción casera estallaron en la madrugada frente al Consejo Nacional Justicialista y el Comité Nacional de la UCR. Las explosiones no causaron heridos y sólo produjeron roturas en el frente de los locales. En Gobierno evalúan que estos hechos tienen similitud con otros atentados anteriores por el tipo de explosivos utilizados y los diferenciaron de la protesta social. Hasta el momento ninguna organización se adjudicó los atentados.

 Por Laura Vales

Dos bombas caseras estallaron en la madrugada frente al Comité Nacional radical y el Consejo Nacional Justicialista, las principales sedes partidarias de la UCR y el PJ. Los explosivos detonaron casi a la misma hora, uno a las 4.20 y el segundo quince minutos más tarde, provocando la rotura de vidrios pero no víctimas. En ambos casos se trató de artefactos de mediano poder. En el Gobierno evalúan que ambos episodios tienen similitud con otros atentados ocurridos este mes, uno de ellos en un local comercial de Edenor y otro contra Telefónica, y manejan la hipótesis de que puede tratarse de los mismos autores. Hasta ahora nadie se adjudicó los hechos.
El primero de los episodios ocurrió a las cuatro y veinte de la mañana, frente a la sede del Consejo Nacional del peronismo, en la calle Matheu 130, en el barrio de Balvanera. La onda expansiva rompió los vidrios de la entrada y causó daños en la mampostería. A las 4.35 en el Comité Nacional radical (Alsina entre Solís y Entre Ríos), un segundo explosivo abolló la cortina metálica e hizo astillar tanto los vidrios del lugar como los de las casas vecinas.
Voceros de seguridad detallaron que las bombas caseras (consideran que las dos fueron armadas por el mismo grupo) consistieron en “caños con pólvora negra y bulones, tuercas de acero y municiones de rulemanes” como esquirlas. Los caños tuvieron un sistema de detonación de tipo eléctrico, con una batería 9 voltios. En el lugar se encontraron retazos de tela plástica, posiblemente restos de las bolsas de arpillera utilizadas para transportarlos. Los consultados calificaron a los explosivos como “rudimentarios”, es decir que pudieron haber sido armados por personas sin un entrenamiento o formación especial.
Ambas fueron colocadas en un horario en el que habitualmente no hay gente en la calle, lo que indica la intención de generar un hecho con rebote en los medios, con un acento más mediático que policial. No hubo testigos del momento en que los colocaron.
Anoche en el Gobierno vinculaban estos ataques con los ocurridos días atrás en los locales de las privatizadas. “El de Edenor fue el 9 de diciembre, en momentos en que la empresa estaba en el centro de la atención pública porque se discutía el decreto de aumento en la tarifa eléctrica. Después hubo otro contra Telefónica y en la provincia pasaron cosas parecidas contra unidades básicas. Nosotros vemos una lógica común; no sería raro que estemos frente a un señalamiento contra los partidos políticos mayoritarios y las empresa de capitales extranjeros. Puede haber un sector tratando de generar adhesión o simpatía hacia este tipo prácticas violentas”, sostuvo ayer un funcionario del Ejecutivo, deslizando así, con alexpresando así sus sospechas sobre sectores de izquierda.
Una segunda hipótesis apuntó “al menemismo o a grupos de derecha para generar un clima de confusión, de pedidos de mayores medidas de control en la calle, ahora que pasamos el 20 de diciembre sin saqueos, ni incidentes graves y bajó la tensión”.
En las últimas dos semanas hubo otros tres atentados con explosivos de bajo poder. Después de lo de Edenor, el 17 de diciembre desconocidos volaron un cajero automático del banco Sudameris en Villa Crespo y dejaron en la vereda una inscripción con una sigla extraña (“QXK”), la palabra “suberción” (sic) y la fecha “20 del 12”, en alusión al aniversario de la caída de Fernando De la Rúa. Fuentes vinculadas a la investigación mencionaron a este diario que ese día hubo personas que vieron allí a un Renault 12 con tres personas a bordo. El viernes 20 un grupo de desconocidos puso un lanzapanfletos en una oficina de Telefónica, donde aparecieron volantes de un tal “Ejército Santuchista de Liberación”. Nadie conoce ninguna agrupación con ese nombre ni habían aparecido antes panfletos con él en ninguna manifestación. El jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, y el ministro del Interior, Jorge Matzkin repudiaron lo sucedido. “Son hechos aislados de violencia ejercidas quizá por algún grupo irracional”, señaló Atanasof, quien aclaró que “no tenemos aún identificación de quiénes pudieron haber sido los autores” y diferenció estos episodios de las protestas que tuvieron lugar el jueves y viernes pasados en la Plaza de Mayo. “Las marchas del 19 y 20 últimos demuestran que cuando los sectores populares se expresan lo hacen en paz.”
Matzkin opinó a su vez que “cada vez que el pueblo está preparado para expresarse a través de las urnas suelen ocurrir estos hechos aislados que en nada modificarán la salida electoral para todos los argentinos”.
La candidata presidencial del ARI, Elisa Carrió, por su parte, pidió mirar hacia adelante y sostuvo que “la paz” es “el único elemento que abre la posibilidad de construir una nueva Argentina”.
En el radicalismo el senador Rodolfo Terragno calificó a los ataques con una palabra fuerte. “En la UCR, como en cualquier organización, puede haber disensos, entredichos y conflicto”, sostuvo, para enfatizar después que “lo que no hay es tolerancia hacia el terrorismo”.
Tras visitar la sede partidaria de Alsina 1786, su adversario Leopoldo Moreau consideró que “puede tratarse de grupos tanto de ultraizquierda como de ultraderecha, porque si bien ni unos ni otros están en condiciones de gobernar, sí creen que pueden impedir que la democracia gobierne”.
Desde el PJ, Eduardo Bauzá calificó los ataques como “atentados contra la democracia y los partidos políticos”, pero evitó abrir juicio sobre sus posibles autores. “No hay llamadas que se adjudiquen el atentado, ni tampoco tenemos sospechas” sobre algún sector en concreto, dijo. Y en relación a las protestas sociales de la semana pasada aclaró que “no le achacamos absolutamente (nada) a nadie, ni creemos eso”. Bauzá descartó que pueda tratarse de un autoatentado. “Quizás se los podían haber hecho en otras épocas partidos que tenían pocas afiliaciones y necesitaban promoción. Lo que queremos nosotros es votar para poder elegir y ser elegidos”.
A su vez, el dirigente menemista Alberto Kohan sostuvo que los atentados son “parte de la locura” y reclamó que “se descubra quiénes fueron los responsables y se los castigue”. “Es algo que no tiene calificativo y esperemos que no avance. Si no se lo para cuando hay que pararlo, después puede pasar cualquier cosa”, concluyó.
Fuentes vinculadas a la investigación señalaban ayer que se trabaja en la línea de identificar los elementos comunes en los atentados. En ese aspecto, mencionaban un listado iniciado en octubre, en distritos del conurbano y contra unidades básicas (ver aparte). Los consultados estaban prácticamente seguros de que existe un hilo conductor entre los explosivos colocados en Edenor y los de ayer, pero no tenían muchas más certezas. También consideraban que mientras no aparezcan nuevos elementos en la pesquisa será complejo identificar a sus autores.

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El Comité Nacional de la UCR fue el otro objetivo, con
diferencia de quince minutos.
 
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