Martes, 14 de septiembre de 2010 | Hoy
ECONOMíA › LA RENTABILIDAD DE LA INDUSTRIA CASI DUPLICA LOS NIVELES PREVIOS A LA CRISIS DEL 2001, SEGúN UNA INVESTIGACIóN ACADéMICA
El rechazo exaltado del titular de la UIA a un proyecto para repartir utilidades con los trabajadores tenía justificativo de “pesos”: la rentabilidad del sector es 90 por ciento mayor a la de una década atrás. Cómo es la situación sector por sector.
Por Tomás Lukin
La rentabilidad empresaria supera en un 90 por ciento los niveles previos a la devaluación y la crisis de 2001-2002. El crecimiento de los márgenes desde los últimos años de la convertibilidad hasta la actualidad es todavía más elevado en los sectores de alimentos y bebidas, los productores de insumos básicos y químicos –acero, petroquímico, cemento, siderurgia–, el entramado agroexportador y la industria automotriz. En ese contexto de auge se ubica la reacción de la Unión Industrial al proyecto de ley que busca garantizar la participación de los trabajadores en las ganancias. Los datos, elaborados por investigadores de la UBA y la Asociación de Economía para el Desarrollo de Argentina (AEDA) para el período 1996-2008, muestran la recomposición de los beneficios del sector privado.
Mientras que la comisión directiva de la Confederación General del Trabajo (CGT) termina de definir los últimos detalles de la iniciativa legislativa que presentará en el Congreso el diputado nacional Héctor Recalde este miércoles, Página/12 accedió a un documento realizado por el economista Andrés Tavosnaska donde evidencia que los márgenes empresarios se duplicaron desde los últimos años de la década del ’90.
El trabajo explica que el abandono de la paridad cambiaria, la consecuente caída en el ingreso de los trabajadores, los incrementos de productividad, las tarifas subsidiadas, el alza de precios internacionales y el nuevo marco regulatorio permitieron recomponer y sostener las ganancias empresarias. Los principales beneficiarios son los sectores productores de bienes como la industria manufacturera y el agro, mientras que las actividades vinculadas con la especulación financiera y las empresas de servicios privatizadas –pilares del modelo de la convertibilidad– tuvieron un comportamiento dispar y una recuperación más lenta.
“La persistencia de los elevados márgenes de ganancia contrasta fuertemente con la imagen construida por los empresarios, consultoras y analistas. Según esta visión, la suba de salarios, la inflación y la presión impositiva habrían reducido los márgenes de ganancia prácticamente a la nada”, afirma el investigador de la UBA en referencia a las continuas declaraciones de la cúpula empresarial para pedir devaluaciones, aplacar los reclamos salariales, advertir sobre la supuesta inseguridad jurídica o rechazar iniciativas legislativas como la que impulsan Recalde y la conducción de la CGT. En ese sentido, el especialista agrega que “la recuperación del salario real no parece haber tenido efectos mayores sobre los márgenes de ganancia que se han mantenido en niveles muy altos”.
A pesar de los cuestionamientos del establishment empresario frente a lo que sería una “preocupante semejanza” de la política económica con el proceso de construcción del socialismo del siglo XXI que lleva adelante Hugo Chávez en Venezuela o con el sistema cubano vigente desde 1959, “la tendencia ha sido al sostenimiento de elevados niveles de rentabilidad, que aun en 2007-2008 superaban los registros de la última etapa de crecimiento de la convertibilidad, muchas veces recordada de forma idílica”, apunta el investigador.
En 2008 y 2009, el nivel de rentabilidad mostró un comportamiento negativo por la crisis financiera y la contracción en el nivel de actividad económica, pero el indicador volvió a recuperar su trayectoria positiva a partir del fuerte crecimiento económico de los primeros ocho meses del año. “Durante 2009, la crisis internacional no impactó como sucedió en otros períodos de crisis. El sostenimiento del nivel de gasto público, el tipo de cambio alto, la protección del mercado interno, el intento por reducir la cantidad de despidos y el rol contracíclico de la banca pública frente a la ausencia del sector privado contribuyeron a amortiguar la caída y preparar el escenario para una rápida recuperación en 2010”, explicó Tavosnaska.
Las estimaciones del economista para este año coinciden con los resultados que brindan dos trabajos realizados recientemente por el Instituto Argentino del Mercado de Capitales (IAMC) y la AFIP, este último limitado al sector de alimentación. El primer informe muestra que, durante el primer semestre del año, los resultados de las empresas que cotizan en la Bolsa porteña acumularon un incremento interanual del 93 por ciento al registrar beneficios por 8600 millones de pesos, o 2200 millones de dólares. La industria petrolera, los bancos privados, las empresas de telecomunicaciones y las firmas siderúrgicas encabezaron ese proceso. Por su parte, el documento elaborado por el organismo recaudador señala que los aumentos de precios –locales y externos– a partir de 2007 permitieron que las empresas del rubro de alimentación dupliquen sus niveles de ganancia, superando el promedio de la economía.
El impacto positivo del nuevo modelo no fue homogéneo. El escenario macroeconómico y el fuerte incremento de los precios internacionales permitieron al agro obtener ganancias extraordinarias. Según el informe de los investigadores de UBA y ADEA, los márgenes en gas y petróleo pasaron de rondar el 4 por ciento en 1998-1999 a superar el 20 por ciento durante los primeros años de la posconvertibilidad y ceder, gradualmente, hasta cifras por encima del 10 por ciento en los últimos años. En el primer semestre de 2010, solamente YPF ganó 3100 millones de pesos, cifra tres veces superior a sus resultados durante el mismo período de 2009. La actividad minera también registró resultados sobre ventas superiores al 50 por ciento.
El documento destaca la evolución del sector industrial y desagrega sus resultados, destacándose el caso de alimentos y bebidas que en 2008 alcanzó un margen cinco veces mayor al que registraba diez años atrás. En tanto, en las ramas intensivas en trabajo –textiles, calzados, etc.– y aquellas vinculadas con la explotación de recursos naturales, el resultado se incrementa más del ciento por ciento.
Las manufacturas metálicas básicas y químicas también duplicaron su rentabilidad. En ese caso, los niveles de concentración de los mercados y el poder de fijación de precios de las empresas son un factor fundamental para comprender los abultados márgenes. La siderúrgica Siderar obtuvo entre enero y julio un balance favorable de 1100 millones de pesos. En tanto, restaurantes y hoteles, construcción y comercio mostraron una recuperación más lenta, pero en 2008 alcanzaron niveles más elevados que a fines de la década del noventa. Finalmente, en los sectores de electricidad, gas y agua, transporte, almacenamiento y comunicaciones, e intermediación financiera la recuperación fue dispar y en algunas ramas todavía no recuperaron los niveles exhibidos a fines de la convertibilidad.
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