El futuro presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio De Mendiguren, aseguró ayer que en la gestión que comenzará en abril al frente del organismo afrontará “el desafío de terminar con la antinomia campo-industria” para favorecer al desarrollo nacional. Además, sostuvo que “la UIA debe ser la voz de los que no tienen voz porque las grandes empresas ya tienen relación directa con los gobiernos de turno y el problema es para las pequeñas y medianas”.

De Mendiguren, quien el lunes pasado logró el visto bueno de Techint para ser el próximo presidente de la entidad, señaló en declaraciones radiales que “hoy Argentina es demasiado grande para vivir sólo del campo, pero es imposible que se desarrolle sin las divisas del campo”. Por eso, sostuvo que para su nueva gestión “el de-safío es terminar con la vieja antinomia campo-industria”, y recordó que países como Australia, Canadá y Estados Unidos resolvieron esta tensión hace mucho tiempo. Sus declaraciones constituyen una invitación al diálogo con la Mesa de Enlace, que nuclea a las entidades rurales.

“En Europa hay sectores con ventajas comparativas. Ahí es al revés que Argentina. Es un sector industrial avanzado, pero no se apropia de toda la renta y abandona al sector del campo”, añadió. Al comparar las dos situaciones, sostuvo que “uno tiene que lograr un equilibrio social y no que los que están bien funcionen y los demás se queden”. “Europa subsidia con mil millones (de euros) por día al campo para tener una sociedad equilibrada”, remarcó.

El directivo industrial recordó que con el economista “Aldo Ferrer hicimos un trabajo de cómo un país logra una síntesis entre los dos sectores, aunque es muy difícil determinar hoy dónde termina el campo y empieza la industria”, y citó ejemplos como los tambos, las plantas de biocombustible y la tecnología aplicada al agro. “Mi de-safío es que la Argentina pueda dar ese salto cualitativo”, insistió.

“En 200 años de historia argentina han persistido las confrontaciones entre campo e industria, unitarios y federales, interior contra la Capital, el capital contra el trabajo, el sector financiero contra el productivo y así nos fue.” De Mendiguren planteó buscar una definición para determinar si “vamos a seguir o poder pasar esa etapa” que derive en un desarrollo que contemple “al campo más la industria, más sectores productivos y financieros”.

“Si solamente idolatramos la inversión y nos olvidamos de la redistribución vamos camino a un problema”, advirtió. El industrial señaló como “ventaja que el país viene con un período de crecimiento y tiene por delante, con toda la región, 15 o 20 años mas del mismo rumbo”. “Es una gran oportunidad para que este proceso lo usemos para financiar el desarrollo nacional y no nos conformemos solamente con el crecimiento de la economía”, acotó. “Se puede cambiar la matriz productiva del país. No nos podemos parar ante este nuevo escenario de mil millones de nuevos habitantes de clase media que el mundo tiene con el sector primario de la economía. Hay que tener un plan estratégico para en ese proceso dar un salto al desarrollo”, concluyó.