La Bolsa porteña fue víctima ayer de una salida de capitales de parte de inversores que abandonan mercados emergentes para posicionarse en activos de refugio, como el oro o los bonos del Tesoro estadounidense. El panel Merval finalizó con un retroceso de 2,8 por ciento. La caída tomó mayor relevancia por el abultado volumen de operaciones en comparación con la media de la reducida plaza local. Se negociaron más de 105 millones de pesos en acciones. Los bonos fueron arrastrados por la tendencia y las pérdidas estuvieron en torno del 2 por ciento. No hubo modificaciones para el dólar, que cerró en 4,06 pesos para la venta. El desplome de los mercados internacionales refleja la histeria que provocó en el mundo financiero el desastre natural que se vivió en Japón, aun cuando se desconoce el costo real de la tragedia. El primer impacto llegó por el lado de los commodities y se extendió al resto de los activos bursátiles. Esas bajas son potenciadas por ventas especulativas que tienen como fin sacar el dinero de los países emergentes. De esa tendencia no pudo escapar la Bolsa local. El Merval finalizó ayer en 3263 puntos, con lo que marcó su sexto retroceso consecutivo, acumulando en ese lapso un rojo del 6,1 por ciento, que se amplía al 7,38 en lo que va del año. Las principales caídas se verificaron en YPF (-7,1), Transener (-5,6) y Banco Hipotecario (-4,8). Entre los títulos públicos, los cupones PIB en pesos cerraron con una baja de 1,6 por ciento, mientras que los nominados en dólares perdieron 1,3. Como consecuencia, el riesgo país, que mide la diferencia de tasa entre los bonos soberanos y similares de los Estados Unidos, cerró en 596 puntos básicos.