El dólar detuvo ayer su apreciación frente al euro en el mundo, luego de que se difundieran informes que pusieron en controversia la supuesta recuperación estadounidense. Datos peores de lo esperado sobre el ritmo de venta de casas usadas en el mes pasado opacaron algunos balances positivos que presentaron las empresas en Nueva York. La moneda comunitaria finalizó en 1,421 dólar. Las Bolsas también reflejaron el cambio de óptica, donde Wall Street cerró con bajas de medio punto, y las plazas europeas evidenciaron alzas de hasta más de 3 por ciento. En el caso de las Bolsas del Viejo Continente, se mantuvo la tensión sobre la reunión que mantendrán hoy los líderes de la Eurozona para delinear una estrategia que rescate a la economía de Grecia, sin que entre en default.

Al igual que con el euro, la divisa estadounidense perdió terreno frente a la libra esterlina, el franco suizo y el yen japonés. El desplome se registró luego de que la Asociación Nacional de Agentes de Bienes Raíces anunciara que la venta de casas usadas en Estados Unidos disminuyó un 0,8 por ciento en junio y se ubicó en una tasa anualizada de 4,77 millones de unidades, la más baja en siete meses. Economistas habían calculado que en junio el ritmo anual de ventas llegaría a 4,81 millones de unidades.

A esta situación se sumó un nuevo revés en el tratamiento legislativo de la deuda presupuestaria estadounidense. “Cuando todo parecía que se encaminaba en los Estados Unidos a un acuerdo para elevar el techo de endeudamiento para evitar una cesación de pagos a partir de agosto, se complicó el panorama ante la postura de algunos republicanos que no están dispuestos a aprobar la medida”, señala un informe privado. Esto opacó los buenos balances conocidos –sobre todo el de Apple–, que en el inicio ha empujado al alza a los mercados. El Dow Jones finalizó en los 12.571 puntos, con una caída de 0,2 por ciento, mientras que el Nasdaq cedió 0,4 por ciento.

Del otro lado del Atlántico, la expectativa estuvo en torno de la cumbre de líderes de la Zona Euro, que podría determinar un nuevo salvataje a Grecia y tranquilizar a los inversores. Los jefes de Estado y Gobierno de los 17 países que comparten el euro se reúnen hoy en Bruselas para intentar cerrar los detalles del segundo paquete de ayuda financiera a la economía helénica. Los titulares de Economía de los gobiernos de la Eurozona se iban a reunir ayer a última hora de la tarde, pero finalmente se reunirán hoy, cuatro horas antes del inicio de la cita.

El menú de opciones es amplio, aunque algunas posibilidades se imponen en la agenda. Una es la recompra de bonos griegos, vista con buenos ojos por el Banco Central Europeo. Esto podría hacerse mediante préstamos del fondo de rescate –dotado de 440.000 millones de euros– a Atenas, de forma que sea el propio Tesoro griego el que intervenga en el mercado o permitiendo que sea el fondo el que compre las obligaciones. Esta opción requiere un cambio legislativo.

Otra opción es la suba de la tasa bancaria, para hacerla más atractiva y sumar al sector privado en el segundo rescate. Eso podría arrojar 30.000 millones de euros a lo largo de tres años y podría satisfacer las demandas de Alemania, Holanda y Finlandia de que los acreedores privados contribuyan de manera “sustancial” al nuevo plan de ayuda a Grecia, calculado en unos 110.000 millones de euros. Las alternativas barajadas les dieron un respiro a las Bolsas europeas, ya que todas se presentan como una opción para evitar desembocar en una cesación de pagos, total o parcial, de la deuda griega.