Con los dirigentes a la cabeza. Lagarde y Merkel al centro. Habrá ayuda, pero a los bancos.
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Los mercados internacionales concluyeron ayer una segunda rueda de alzas en sus principales índices, a partir de las medidas excepcionales anunciadas por el Banco Central Europeo (BCE) para reforzar a los bancos de la región. El sistema bancario europeo es el más afectado por la crisis internacional, debido a su alta exposición a deuda de países con problemas presupuestarios. Entre ellos se encuentra Grecia, que continúa debatiéndose entre cumplir con los objetivos de ajuste que le son impuestos para conseguir mayor financiamiento, y los efectos negativos en materia social y económica que estos recortes están provocando. Por ahora, la decisión del gobierno griego es cumplir a rajatabla los pedidos de los organismos para poder recibir el sexto tramo del paquete de ayuda antes de que se le acaben los fondos, algo que estimaron será el mes próximo. Por su parte, el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, consideró que el informe de “la troika” (Comisión Europea, BCE y FMI), con el cual se decidirá si se libera o no dicho tramo, se presentará “probablemente el 24 de octubre”.

En un contexto de creciente revuelta social, la administración de Giorgos Papandreu profundiza su política recesiva. Su gobierno, de origen socialista, ratificó las reformas estructurales y los ahorros con los que espera seducir a los auditores del Fondo Monetario, el BCE y la Unión Europea. El primer ministro se reunió con su gabinete y diputados de su partido para repasar las medidas de ajuste adicionales, con las que debe ahorrar otros 7000 millones de euros entre este año y el próximo. “La troika” solicita ajustes adicionales antes de hacer el desembolso, a pesar de que el FMI había advertido el día anterior la necesidad de morigerar las recetas ortodoxas y apalancar el crecimiento económico de la región.

Los auditores insisten en mayores reducciones en el sector público y en avanzar con las privatizaciones. Estas medidas deberían aportar unos 4000 millones de euros este año y 50.000 millones hasta 2015. El plan no tiene previsto una recuperación de la actividad, con lo cual en 2012 Grecia cerraría en su quinto año consecutivo de recesión. Un riesgo que las autoridades del país heleno parecen dispuestas a aceptar a cambio de recibir el dinero del primer paquete de rescate por 110.000 millones de euros.

No sucede lo mismo con la población. Ayer tuvo lugar la segunda jornada de huelga general. Lo mismo sucedió en España, donde miles de estudiantes de escuelas públicas secundarias se manifestaron en rechazo de los recortes en Educación aplicados por los gobiernos regionales. Como si faltasen restricciones, el comisario de Política Regional del bloque, Johanes Hahn, propuso congelar las ayudas a la actividad productiva a países que no cumplan con las exigencias comunitarias.

El nuevo tramo del salvataje a Grecia podría arribar a Atenas después del veredicto que se conocerá, según explicó Trichet, el 24 de octubre. La llegada de los fondos es esperada con ansiedad, tanto por las autoridades griegas como por las de otros gobiernos de la zona, debido al efecto contagio que podría provocar un default de ese país. Para tratar de anticiparse a ese efecto cascada, se avanza en la capitalización de los bancos. La directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, y la canciller alemana, Angela Merkel, recalcaron que se emplearán todos los medios políticos y financieros necesarios para estabilizar a los países y bancos de la Eurozona con problemas. En ese sentido, el Parlamento holandés ratificó la ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).

De hecho, esa turbulencia global le asestó un golpe a su primera víctima: el banco franco-belga Dexia. Los rumores de corralito y quiebra de la entidad provocaron en los últimos días una fuerte corrida por parte de los ahorristas. Ayer la entidad rechazó, a través de un comunicado enviado a las autoridades bursátiles europeas, las especulaciones de una nacionalización. La entidad recibió recursos estatales en 2008. El comité del NYSE Euronext decidió suspender la cotización de los títulos del banco, a petición del regulador del mercado de valores de Bélgica. Tampoco cotizaron en la Bolsa de París. No obstante, primaron los signos positivos en la Bolsas mundiales. En el Viejo Continente las subas promediaron el 3,5 por ciento, mientras que en Wall Street, el índice Dow Jones cerró con un alza de 1,7 por ciento.