El ministro de Agricultura, Norberto Yauhar, informó ayer que el jueves se reunirá la Comisión de Emergencia Agropecuaria para analizar el impacto que está provocando la sequía en las principales zonas productivas de la pampa húmeda. “La idea es que la comisión continúe trabajando luego del primer encuentro y a partir de ahí evaluar qué mecanismos son los más propicios para este momento. Vamos a trabajar quirúrgicamente y llegar a todas las zonas afectadas y a los productores que más lo necesitan”, sostuvo el funcionario. El Servicio Meteorológico Nacional prevé lluvias a partir de mañana, lo que ayudaría a descomprimir la situación.

Sudamérica está siendo afectada por el fenómeno climático conocido como La Niña, que trae como consecuencia principal un menor nivel de lluvias entre noviembre y marzo, fundamentalmente en el sur de Brasil, Uruguay, el Este de la región del Chaco, la mesopotamia y la región pampeana. En la segunda quincena de noviembre y la mayor parte de diciembre las lluvias fueron escasas, siendo acompañadas por altas temperaturas que consumieron las reservas de humedad en la mayor parte del área agrícola. Esta evolución reavivó el temor de que pueda repetirse una sequía catastrófica como la de la campaña 2008/2009. Sin embargo, la Bolsa de Cereales detalló el miércoles en un informe que en la mayor parte de los episodios de La Niña, el verano suele empezar con suelos desprovistos de humedad, pero a mediados de enero comienzan las lluvias, permitiendo que los cultivos se recuperen y se arribe a un resultado productivo satisfactorio. Esto sucedió 2005/2006, 2007/2008 y 2010/2011, en los que las lluvias llegaron en enero, revirtiendo una situación inicial difícil.

Por ahora, en el Gobierno son optimistas y creen que no están dadas las condiciones para que se repita la sequía de la campaña 2008/2009. En esa ocasión la sequía afectó a la mayor parte del área agrícola de Sudámerica, y en la región pampeana las lluvias llegaron recién en marzo, cuando el daño era irreversible. Ahora, en cambio, se registra un desarrollo mucho más típico del fenómeno, afectando positivamente a ciertas zonas y negativamente a otras. “La mayor parte del territorio de Sudamérica viene recibiendo precipitaciones normales a superiores a lo normal, que contrastan con la sequía que se observa en algunas áreas localizadas”, destacó la Bolsa de Cereales.

El Gobierno coincide con ese diagnóstico. “Esta es una situación de sequía con anomalías. Tenemos lugares donde ha llovido en cantidad y en otros nada, según lo detallado en los informes del INTA. Entonces tenemos que trabajar con rapidez y criterio para llegar a quien más lo necesita”, afirmó Yauhar. Los equipos del Ministerio y del INTA visitarán los campos para hacer una evaluación de la situación. “Tenemos que trabajar en conjunto, con políticas de Estado concretas que acompañen al productor. Por otro lado, debe haber mucha presencia física en los lugares más afectados por el cambio climático”, agregó.

El ministerio informó el miércoles que ya se autorizó un aporte de 15 millones de pesos a productores del norte santafesino en tres pagos de 5 millones. Ese mismo día Yauhar se reunió con su par bonaerense, Gustavo Arrieta, y acordaron un plan de trabajo para atenuar las consecuencias de la sequía. Desde el Ejecutivo nacional se muestran activos, pero no quieren asumir demasiados compromisos hasta que no esté claro cuál es el impacto real de la sequía. De hecho, el Servicio Meteorológico Nacional prevé lluvias para mañana, las cuales podrían ayudar a descomprimir la situación.

Los productores rurales afirman que la situación ya es dramática y presionan para obtener subsidios y ventajas impositivas. Federación Agraria realizará hoy asambleas en Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe para reclamar la creación de un fondo extraordinario de asistencia que les permite afrontar la crítica situación provocada por la sequía en diferentes regiones del país. Asimismo, otras entidades agropecuarias advirtieron sobre las pérdidas en la cosecha de granos y en el stock ganadero que causará la falta de lluvias, y reclamaron avanzar en una reducción en el nivel de retenciones. En este sentido, el presidente de la Sociedad Rural de Santa Fe, Hugo Iturraspe, aseveró que la falta de lluvias ocasionará, en el norte de la provincia, la pérdida del stock ganadero.

En esa misma línea, el secretario de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Alberto Larrañaga, alertó que la sequía provocará “pérdidas irreversibles”, por lo cual planteó la necesidad de avanzar en una reducción gradual en el nivel de retenciones. “Hicimos un relevamiento distrito por distrito y nos encontramos con un panorama desolador y pérdidas irreversibles, y en este escenario lógicamente resurge el tema de las retenciones que con rindes por el suelo no se aguantan más”, aseguró Larrañaga.

Por su parte, el director del Mercado a Término de Buenos Aires, Ricardo Baccarín, estimó que hasta la fecha ya se perdió entre un 22 y 23 por ciento de la cosecha de maíz por la sequía, al tiempo que consideró que será “altamente improbable” que la actual campaña agrícola alcance los cien millones de toneladas previstos. Baccarín aclaró que el cálculo en la pérdida de la cosecha de maíz es “asumiendo como ciertas las lluvias que están pronosticándose y que parece van a llegar el martes”. “Obviamente si esto no ocurre vamos a asistir a una caída vertical muy fuerte en los rendimientos del campo”, concluyó.