ECONOMíA › UN AGASAJO EMPRESARIO A MENEM QUE FUE CASI UN ACTO DE CAMPAÑA
Petrolero que recibe sabe agradecer
Carlos Menem fue la estrella ayer del encuentro mensual del Club del Petróleo, que lo trató casi como candidato propio. El privatizador del gas y el petróleo recibió el afecto de uno de los sectores más beneficiados por su política, la que prometió repetir si vuelve a gobernar.
Por Raúl Dellatorre
La presencia de Carlos Menem en un encuentro convocado por las grandes petroleras que operan en el país obtuvo dos records de concurrencia para este tipo de eventos: de empresarios que pagaron una abultada suma por un cubierto en el almuerzo servido en el Hotel Alvear y de policías uniformados que rodearon el hotel. Los “federales” mantuvieron una postura marcial el tiempo que el ex presidente, nuevamente candidato a serlo, permaneció en el Salón Versailles del lujoso hotel. En cambio, los empresarios no ocultaron su estado de ánimo exultante frente al invitado, a quien le prodigaron encendidos elogios, repetidos aplausos y afectuosos abrazos una vez terminada su alocución. El discurso no aportó muchas novedades: Menem dijo exactamente lo que los empresarios querían escuchar, que además tienen más de una razón para aplaudirlo en función de lo hecho en favor de las empresas del sector durante su gestión. Menem anunció que, en caso de llegar a la Presidencia, se ocuparía de restituirles a las privatizadas los niveles tarifarios perdidos. Eso sí, lo haría en forma escalonada. Aun con esa limitación, los empresarios recibieron la promesa con entusiasmo.
El Club del Petróleo, entidad que preside Luis Rey y que bancan empresas como Repsol-YPF, Pan American Energy (Bridas-Amoco), Esso, Shell y Total, entre otras (todas representadas en la mesa central a la que estaba sentado Menem), organiza mensualmente un almuerzo al que convoca a personalidades de la política y la economía como oradores. Pero ésta fue la primera vez –y será la única, dado que no habrá otra hasta el 27 de abril– en que el invitado es un candidato presidencial. “Invitamos a todos, pero el único con el que pudimos combinar agenda fue el doctor Menem”, respondió Luis Rey a la consulta que le hizo Página/12 al respecto.
Unos 300 empresarios petroleros participaron de una suerte de mitin de campaña, al que Menem concurrió acompañado por sus más estrechos colaboradores: Alberto Kohan y Eduardo Bauzá. También participaron referentes económicos neomenemistas, como Pablo Espartaco Rojo y Diego Estévez, y el ex cavallista y ex titular del Enargás Raúl García. Al estilo habitualmente provocativo de Menem, se le sumó el aplauso de los comensales que acompañaron alguna de sus propuestas más controvertidas:
- Acusó al gobierno de Eduardo Duhalde de haber impuesto “un conjunto de medidas de neto corte dirigista”, señalando como una de las más alarmantes la aplicación de retenciones a la exportación. Aplausos.
- Más papista que el Papa, redobló la apuesta en materia de políticas de ajuste, al anunciar que les imputará “responsabilidades penales a los funcionarios que permitan o consientan conductas que impulsen desórdenes fiscales”. Más aplausos.
- Prometió “una recomposición escalonada de las tarifas” para las privatizadas, que permitiría “recomponer el contrato social que un puñado de ignorantes dinamitó algunos meses atrás”. Ovación.
- Calificó de “revolucionaria” su propuesta de reforma impositiva, que abarca “una disminución gradual del IVA con una tasa uniforme”. Sin mucho apego al rigor científico, señaló que la tasa a la que le gustaría llegar es el 13 por ciento, “por cábala, aunque a otros les parezca un número de mala suerte, pero siempre estoy en contra”. Aplausos, festejando la broma. Eludió explicar que fue precisamente durante su mandato que la tasa del IVA se elevó al 21 por ciento. Y cuando una periodista se lo recordó, se limitó a responder “pero los que vinieron después la mantuvieron”. Silencio cómplice e inmediata clausura de la sesión de preguntas y respuestas.
No faltaron las preguntas de empresarios que sonaron a preparadas para dar pie a algunas definiciones políticas para el pretendido lucimiento del invitado. “¿Cuántos períodos serán necesarios para recuperar el terreno perdido después de que usted dejó el gobierno?”, interrogó un petrolero con tono de integrante del equipo de campaña. “La mejoría se sentirá enlos primeros 90 a 100 días, pero para volver a los niveles de 1999 necesitaremos por lo menos los cuatro años de mandato; no esperemos milagros”, respondió casi mecánicamente el candidato.
Patricio Perkins, ex funcionario de su gobierno y uno de los artífices de la privatización del sistema de gas, le preguntó a Menem si avizora un nuevo orden internacional después de la caída de Bagdad. “Va a cambiar totalmente”, respondió sin dudar el ex presidente, que se extendió en justificar una guerra contra el terrorismo, la droga, el narcotráfico y las tiranías. Al finalizar el encuentro, un periodista que se cruzó con “Paddy” Perkins le preguntó si ocuparía algún cargo en un futuro gabinete de Menem. Respondió levantando los hombros, como diciendo “quién sabe”.
Ni Rey ni Oscar Vicente, que flanqueaban a Menem en la mesa, pidieron un brindis “por la vuelta”. No hacía falta: Menem fue local en el Alvear no sólo por sus viejos vínculos de amistad y comerciales con su dueño, Mario Falak. Nadie duda que si el electorado estuviera compuesta sólo por los que ayer participaron del almuerzo, Menem ganaría en primera vuelta. Los ganadores bajo su mandato no son desagradecidos.