ECONOMíA
La especulación ahora teme por la suerte de sus candidatos preferidos
Las encuestas que dan a Kirchner entrando al ballottage provocaron escozor en la city, que descontaba una final Menem-López Murphy.
Por Claudio Zlotnik
Las gerencias de los principales bancos mantuvieron contacto directo con los encuestadores desde temprano. Escucharon de primera mano las últimas encuestas electorales. Tuvieron algunos indicios de que lo que creían como un final cantado, un mano a mano entre Carlos Menem y Ricardo López Murphy, podría fallar. “¿Y si Néstor Kirchner entra al ballottage?”, se planteaban en las mesas de dinero de las entidades financieras. La primera reacción frente a tamaña duda fue ponerle un freno a la fiesta que se había desatado a comienzos de semana, cuando los financistas hicieron negocios apostando a una segunda vuelta entre la dupla Menem-López Murphy.
Un financista graficó el escenario que ayer se instaló en la city: “Es posible que Menem o López Murphy queden afuera del ballottage si los antimenemistas o antiliberales se aglutinan en torno de Kirchner. El repliegue de hoy (por ayer) fue un adelanto de lo que pasaría si el santacruceño se consagra presidente”.
En el microcentro porteño se muestran determinantes: Menem o López Murphy tomarían medidas de neto corte liberal, sin poner trabas a los negocios del sector financiero. Una especie de replay de la década del ‘90. Lavagna, ministro de un Kirchner presidente, ya demostró que muchas veces dice “no” al juego de los financistas. Adolfo Rodríguez Saá y Elisa Carrió son observados como los “antimercado”.
La cautela de los inversores tuvo un efecto inmediato en la city. El volumen de transacciones en acciones cayó a la mitad, a 56 millones de pesos, mientras los precios declinaron 2,7 por ciento. Apenas una mancha en relación con el 19 por ciento de mejora que habían acumulado los tres días anteriores.
El dólar subió tres centavos, a 2,90 pesos para la venta en las casas de cambio. Los exportadores liquidaron 39 millones de dólares, contra 70 millones de las jornadas previas. La razón: cuando el tipo de cambio sube, las compañías cerealeras prefieren retener las divisas a la espera de un valor más alto. El Banco Central, que en los dos días previos había embolsado 100 millones de dólares para sus reservas, ayer absorbió apenas 5 millones. Fue porque, además de la menor liquidación de divisas de los exportadores, las entidades financieras prefirieron cubrirse captando dólares. No vaya a ser que las elecciones los encuentre desacomodados.
La fuerte intervención del Central también fue una señal contundente para los financistas de que, al menos este gobierno, hará todo lo posible para que la moneda estadounidense no baje más. El alza del dólar se trasladó al mercado de los futuros. La cotización para fin de mayo se elevó 1,4 por ciento (2,92 pesos), mientras que para fin de junio subió 0,7 por ciento (2,95 pesos).
La posibilidad de que Kirchner sea el próximo jefe de Estado afectó a los títulos públicos, que también habían mostrado subas espectaculares en la última semana –a pesar del default– a fuerza del optimismo de los inversores. Ayer, los bonos registraron pérdidas. Del 2,6 por ciento en el caso de los Globales 2008 y del Bonte 2002, que son algunos de los referentes del mercado, y de entre 0,4 y 0,9 por ciento en los Boden.
El retroceso de los bonos se alimentó también de las últimas declaraciones de Kirchner acerca de la deuda. El candidato adelantó que, en caso de ganar, negociará una quita y que estirará los vencimientos en “por lo menos 50 años para determinar la viabilidad de la Argentina”. En el mismo momento en que el santacruceño planteaba ese camino, Menem afirmó que si bien negociará con los organismos internacionales una reestructuración, para que bajen “de manera sustancial” los pagos por intereses, descartó una reducción del capital de la deuda. Es decir, que el ajuste no lo tendrán que hacer los financistas. Se entiende tanta devoción por el candidato.