Con movilizaciones de respaldo convocadas por intendentes y movimientos sociales, y de rechazo encabezadas por las cámaras patronales agropecuarias, la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires buscará aprobar una reforma tributaria. Las modificaciones, además de elevar las alícuotas y el alcance de sellos e ingresos brutos, contemplan una revaluación fiscal de los campos bonaerenses, base para establecer el impuesto inmobiliario rural. La sesión del miércoles pasado se frustró cuando la oposición se retiró del recinto mientras las entidades agropecuarias intentaban forzar el ingreso a la legislatura para impedir el tratamiento, registrándose forcejeos con militantes de la agrupación La Cámpora. Desde el gobierno bonaerense y el bloque del Frente para la Victoria afirmaban anoche que habían logrado los acuerdos políticos necesarios para lograr el quórum para hoy. De todas formas, el oficialismo convocó una sesión para mañana por si se presentan dificultades para sesionar. La revaluación fiscal de los campos bonaerenses, valores congelados hace 15 años, representa un incremento promedio del 40 por ciento en el monto del impuesto que pagan los terratenientes. De todas formas, en el 62 por ciento de los casos el impuesto a pagar será el mismo o menor. Con los cambios, los propietarios de las tierras más rentables del país pasarán de pagar 47 pesos por hectárea en promedio a 67 pesos por hectárea. La reforma tributaria permitirá recaudar 2600 millones de pesos adicionales, de los cuales 300 provendrán del impuesto inmobiliario rural.