La Mesa de Enlace anunció ayer la finalización del lockout que venían realizando desde hace una semana. Si bien algunos integrantes de las entidades del sector habían especulado con la posibilidad de extender y endurecer la protesta, los ruralistas se quedaron sin quórum. Sin embargo, aclararon que continuarán en “estado de alerta y movilización”. Si la semana pasada amenazaban con endurecer sus medidas de fuerza, ayer resolvieron enviarle una nueva carta al ministro de Agricultura, Norberto Yauhar, para manifestarle que “las cuatro entidades están dispuestas al diálogo”, aunque el funcionario aclaró unos días antes que sólo las recibiría por separado. Las cuatro entidades (Federación Agraria, Sociedad Rural, CRA y Coninagro) volvieron a criticar el revalúo inmobiliario en la provincia de Buenos Aires y le regalaron un guiño (político) a Hugo Moyano, líder de la CGT, al reclamar una baja del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias.

No bien arrancó la conferencia de prensa, Eduardo Buzzi, titular de FAA, dijo que el lockout que terminó ayer resultó “contundente”. Años atrás, en pleno conflicto por las retenciones móviles, eso significaba una continuidad de las medidas de fuerza, incluso su agravamiento. Pero después de cuatro años, los ánimos son distintos. “Terminamos una protesta, pero no la lucha”, agregó el federado.

La situación interna de la FAA tampoco es la misma que durante el conflicto de 2008. Ahora Buzzi tiene que competir con dos vertientes, La Netri y El Grito de Alcorta, que pretenden restarle poder de convocatoria. “No veo un ánimo de movilización muy fuerte”, había dicho un federado al comienzo de la protesta nacional. Algunos sectores de la entidad le siguen cuestionando a Buzzi su pertenencia a la Mesa de Enlace y sobre todo el tipo de reclamos efectuados, que estarían alejados de las necesidades de los pequeños productores.

Dado el tenor y grado de acompañamiento de la protesta, quizá la Mesa de Enlace haya ensayado ayer otros argumentos, por fuera de los estrictamente “agropecuarios”. Buzzi habló de un amesetamiento de la economía en los pueblos del interior. “Esto afectará a todos”, dijo. Y Biolcati coincidió con el federado en que había que modificar el Impuesto a las Ganancias.

“Pagar ganancias en salarios que apenas llegan a la manutención familiar es terrible”, sostuvo ayer Biolcati. “Venimos luchando desde el 2008, cuando nos querían robar la renta. Hoy quieren quitarnos la propiedad, pero somos gente de arraigo, no la vamos a entregar jamás”, había dicho el empresario tambero el viernes pasado, con la intención de arengar a los productores hacia el final de la protesta.

A partir de una apelación hacia el poder adquisitivo de las clases medias que pagan Ganancias, los ruralistas buscarían hacer causa común con los sectores urbanos que en 2008 apoyaron los reclamos del sector agropecuario.

En el comunicado elaborado por la Mesa de Enlace se enunciaron los 21 puntos que el gobierno nacional debería resolver. A pesar de ese recuento, los ruralistas se mostraron dispuestos al diálogo con el ministro de Agricultura, aunque Yauhar ya había adelantado la semana pasada que sólo estaba dispuesto a recibir a las entidades por separado. Esta es la política que se viene aplicando desde que se creó el ministerio.

Tanto la Federación Agraria como Coninagro fueron las entidades más beneficiadas por esta política. Por ejemplo, FAA recibió 15 millones de pesos para la producción de chanchos. La entidad que preside Buzzi constituyó una cooperativa para la comercialización de porcinos.

Por otro lado, en la provincia de Buenos Aires los productores intentarán mantener la intensidad de la protesta. El próximo 27 de junio realizarán un acto para reclamar por el precio de la leche. Será organizado por la Mesa Nacional de Lechería. Todavía falta definir los lugares del conurbano donde se realizará la protesta.