ECONOMíA › POR COMPRAS ESPECULATIVAS DE EMPRESAS, EL DOLAR SUBIO 10 CENTAVOS
Habrá ballottage, pero con la city
Los movimientos especulativos en el mercado de cambios indican que los grupos de poder financiero no están dispuestos a permitir un ingreso tranquilo de Kirchner al Gobierno. En pocas operaciones pero de gran volumen, el dólar trepó a 2,98 pesos.
Por Claudio Zlotnik
Si no fuera porque le conviene en términos fiscales, podría decirse que el súbito aumento del dólar se convirtió en una mala noticia para el futuro Gobierno ya que enrareció el clima previo a la asunción de Néstor Kirchner. Ayer, la moneda estadounidense saltó 11 centavos y se terminó vendiendo a 2,98 pesos en las casas de cambio. En apenas dos jornadas, desde que el santacruceño quedó como presidente electo, la divisa subió 19 centavos, equivalente al 6,8 por ciento. A una semana del traspaso de la banda presidencial, los financistas están decididos a condicionar los primeros pasos de la nueva administración.
Hay un dato revelador de que la suba del dólar refiere a un movimiento especulativo y político: el volumen de divisas negociado en el mercado mayorista fue de 156 millones de dólares, entre 20 y 30 por ciento menos que la semana pasada, cuando la moneda estadounidense caía y se notaba una fuerte intervención del Banco Central. Ahora, a pesar de la repentina reversión de aquella tendencia, no se nota una corrida. Esta realidad hizo pensar a miembros del equipo económico que algunos grandes operadores, sobre todo bancos y grupos empresarios, jugaron a favor de un alza del tipo de cambio.
También existe otro dato que llamó la atención de los funcionarios: la salida de los capitales golondrina que ingresaron al país en volúmenes importantes la semana pasada, en medio de un auge de las tasas de interés. Ahora, con el costo del dinero en declive, parte de esos fondos vuelven a cruzar las fronteras en busca de mejores inversiones. Esta mayor demanda de billetes verdes también ayuda a levantar su precio.
Los financistas quedaron desencantados con Kirchner el último miércoles, cuando el flamante presidente electo dio un discurso con un fuerte tono crítico hacia el modelo de los años ‘90. Dijo, entre otras cosas, que no iba a dejarse presionar por las corporaciones. No fue todo. Un día después, también por televisión, lanzó una cruda advertencia a los banqueros. Fue demasiado para los financistas, quejosos de que Kirchner rehuyó al diálogo con ellos durante la campaña.
Las fuertes declaraciones del santacruceño impactaron en el mercado, y así como antes del default el termómetro del humor de los financistas era el “riesgo país” ahora volvió a ser la paridad cambiaria. Pero el movimiento en el mercado no se explica sólo por aquellas palabras. La extorsión se completa con lo que esperan los operadores del elegido. Ahí es donde reaparece la sombra del Menem de 1989, aquel Menem que enamoró a los hombres de negocios porque se puso de su mismo lado. En la city porteña mencionan con tono de nostalgia al riojano que optó por ceder el Ministerio de Economía a Bunge & Born, por entonces grupo empresario líder. Y designar como ministros, secretarios de Estado y asesores a figuras de la UCeDé, que en aquel momento era el partido preferido por los financistas.
Algunos banqueros y operadores consultados ayer por Página/12 no dudaron en decir que Menem tejió aquellos acuerdos aun cuando había ganado con casi el 50 por ciento de los votos. Kirchner, con menos poder que incluso comparte con Eduardo Duhalde, razonan los financistas, estaría obligado a sumar a la derecha. Soñando con tiempos pasados, en el microcentro mencionan que sería imprescindible que Kirchner sume a su gabinete a algún referente de Recrear, de López Murphy, y también del menemismo, se aventuran. Es la señal inicial que aguardan los financistas para quitar la presión sobre la futura administración Kirchner.
Mientras tanto, con el dólar en alza, se notó una importante operatoria en el mercado de futuros. Son los inversores que hasta la semana pasada se desprendieron de sus billetes verdes para hacer plazos fijos y que ahora, a la espera del vencimiento, buscan asegurarse un determinado tipo de cambio comprando dólares futuro. En este segmento se notaron subas de hasta 4,7 por ciento: para fin de agosto se convalidó un dólar a 3,12 pesos. El Central se mantuvo al margen de la movida especulativa. Ayer vendió divisas recién a última hora, cuando el dólar tocó los 3 pesos. El saldo fue positivo en apenas 300 mil dólares. Un escenario totalmente distinto al de hace apenas una semana, cuando la autoridad monetaria compraba más de 100 millones de dólares diarios y eso no alcanzaba para frenar la caída del tipo de cambio.
No todas las proyecciones de los financistas son pálidas. Los operadores admiten que Kirchner asumirá con un contexto internacional que lo favorece: alza en los precios de los productos agrícolas, tasas de interés bajas que le servirán al momento de renegociar la deuda pública, ingresos de capitales a la región y el fortalecimiento de la economía brasileña.
Con el final de la semana sonó el gong del primer round de la pelea entre Kirchner y los grupos de poder. Una puja que recién empieza.