La presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su par brasileña Dilma Rousseff cerrarán la 18a Conferencia de la Unión Industrial que se llevará a cabo el 27 y 28 de noviembre. El evento, que se denominará Argentina y Brasil: Integración y Desarrollo o el riesgo de la primarización, contará además con la presencia de funcionarios de ambos países y tendrá como objetivo trazar una agenda de trabajo conjunta. Las conclusiones de la conferencia se expondrán el 7 de diciembre en una Cumbre Empresaria, que funcionará en paralelo a la de jefes de Estado del Mercosur, a desarrollarse en Brasilia, según explicó a este diario el presidente de la UIA, José de Mendiguren. El titular de la entidad viajó al país vecino para reunirse con su canciller, Antonio Patriota, y el ministro de Comercio, Fernando Pimentel, para cursar las invitaciones.

“Los funcionarios nos aseguraron que la relación entre ambos países en la frontera está bien, a pesar de algunas quejas”, sostuvo Mendiguren. De esta manera, la relación bilateral se pone en el centro del debate empresario en los distintos foros de este año. Por caso, el 48º Coloquio de IDEA que se desarrollará en Mar del Plata del 17 al 19 de octubre contará con la presencia del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva en la apertura. Según fuentes empresarias, la visita de Lula a Mar del Plata le habría costado a la organización del coloquio 200 mil dólares.

Por lo pronto, ya confirmaron asistencia a la conferencia de la UIA Pimentel y Patriota, mientras se espera la confirmación de Dilma. Desde el gobierno nacional se elevó una invitación para una reunión bilateral con Cristina Kirchner, una formalidad requerida para este tipo de visitas oficiales. La conferencia se basa en la existencia de una problemática similar, según explicó Mendiguren. Entre los puntos a tratar en los paneles, se destaca el tema de la primarización de las exportaciones producto del incremento en la cotización de los commodities y el riesgo para la región de los bajos precios de las manufacturas desde el Sudeste asiático. “Lo importante es que ambas economías encaran un fuerte proceso de industrialización y mantienen inversiones reales del otro país”, señaló Mendiguren.