ECONOMíA › EL SUPERAVIT DEL TESORO FUE DE CASI 1500 MILLONES DE PESOS EN MAYO

Caja llena para cumplir las metas

Con la recaudación record en mayo, el Tesoro quedó muy cerca de cumplir con las metas presupuestarias del segundo trimestre.

Como consecuencia de la recaudación nominal record del mes de mayo, que llegó a los 7149 millones, se registró un fuerte superávit primario de 1485,1 millones de pesos, informó el Ministerio de Economía. Con este número, sólo resta obtener un excedente fiscal primario de menos de 800 millones para cumplir con la meta de 3000 millones comprometida para el segundo trimestre con el Fondo Monetario Internacional.
Cuando los funcionarios del nuevo gobierno se reúnan con los técnicos del FMI estarán en condiciones de exhibir las cuentas en orden. Todo indica que el segundo trimestre del año, al igual que el primero, también será superavitario y que el resultado positivo estará dentro de lo pautado con el organismo financiero. Entre enero y marzo el excedente conseguido había sido de 1788 millones, 288 más que los 1500 estipulados. En abril, en tanto, el saldo positivo fue de 430 millones. Con los 1485,1 millones logrados en mayo se alcanzó un superávit parcial de 2200 millones (ya que se suma el excedente del primer trimestre). En consecuencia, en junio serán necesarios alrededor de 800 millones para completar los 3000 comprometidos.
Los 7100 millones recaudados supusieron un aumento del 31 por ciento respecto de los ingresos de abril y del 48 por ciento comparado con mayo de 2002. Dado que la inflación de los últimos 12 meses fue del 14,7 por ciento, la comparación interanual dejó de ser engañosa. La explicación del record nominal de mayo se explica, en un 50 por ciento, por el incremento en el impuesto a las ganancias. En parte, esto se debió a la no aplicación del ajuste por inflación en los balances empresarios. Adicionalmente, otro 25 por ciento del aumento se originó en la revaluación de los activos de referencia para el pago de los bienes personales y ganancia mínima presunta. En tanto, el cuarto restante se explica por el incremento del comercio exterior, sobre todo por la reactivación de las importaciones y por la mayor liquidación de exportaciones (motorizadas por las expectativas de estabilidad relativa del tipo de cambio).
El lado negativo continúa siendo la falta de reactivación del consumo interno. Incluso medido contra mayo del año pasado, la recaudación del IVA registró una caída del 9 por ciento. Pero dado que una parte de los impuestos es coparticipable, los ingresos corrientes del Tesoro fueron de 3275,2 millones de pesos. Los gastos corrientes, en tanto, alcanzaron los 2437,7 millones. En consecuencia, el resultado económico del Tesoro fue de 837,5 millones.
De acuerdo con la información difundida por la Secretaría de Hacienda, los ingresos estuvieron compuestos de la siguiente manera: ingresos tributarios, 3201,5 millones; no tributarios, 42,3 millones; rentas de la propiedad, 18,9 millones; contribuciones figurativas, 11,2 millones y transferencias corrientes, 1,3 millón. Los gastos estuvieron compuestos por: remuneraciones, 440,4 millones de pesos; transferencias corrientes, 655,7 millones; gastos figurativos, 406,8 millones; intereses, 124,7 millones. Los ingresos de capital fueron prácticamente nulos (sólo 100 mil pesos), mientras que los gastos de capital ascendieron a 68,3 millones.
Por lo tanto, el resultado financiero del Tesoro sin cajas provinciales fue superavitario en 762,6 millones de pesos. Las cajas provinciales arrojaron un déficit de 94 millones de pesos, por lo que el resultado financiero del Tesoro quedó en 675,3 millones que se amplia a 1485,1 millones si se excluyen los 809,8 millones pagados en concepto de intereses.
Si ingresos y gastos se mantienen constantes, el Gobierno estará en condiciones de elegir la alternativa de crecimiento. El abanico de opciones es variado. Un escenario sería aprovechar los mayores ingresos para aumentar selectivamente los salarios del sector público, esperando que tengan un efecto espejo en la actividad privada. La alternativa sería guardar el superávit para los pagos internacionales, o bien ceder a las presiones sectoriales para rebajar impuestos (ajuste por inflación, baja en las retenciones, etc.). A diferencia de la última, la primera opción,aumentar salarios, tendría un efecto inmediato sobre la demanda al tratarse de sectores con una alta propensión a consumir.

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Alberto Abad, titular de la AFIP. La recaudación de Ganancias posibilitó el superávit.
 
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