La presión devaluatoria que se ejerce a través de la difusión de la cotización del dólar ilegal recuperó fuerza la semana pasada. El precio de la divisa llegó ayer a 8,75 pesos, un incremento cercano a los 15 centavos, y acumula una escalada de 75 centavos en las últimas cuatro jornadas. Las explicaciones que ofrecen en esta oportunidad desde el reducido y cartelizado segmento de operadores del mercado para dar cuenta del incremento son dos. Por un lado, figura el pedido del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a los operadores de Bolsa para limitar las transacciones de fuga de divisas a través de la compra de bonos o acciones en el mercado local para venderlas fuera del país en dólares y, adicionalmente, resaltan las presiones de demanda estacionales como las vacaciones de invierno. Sin embargo, la cotización ilegal mostró una fuerte volatilidad a lo largo del año, incluso sin la presencia de ningún evento relevante. Por eso, en lugar de responder a una mayor demanda en el dólar marginal, los aumentos evidencian las presiones de un grupo de especuladores que pretende desestabilizar la plaza cambiaria para beneficiarse de un salto en el tipo de cambio.

Por su parte, la cotización oficial del dólar que administra el Banco Central subió ayer un centavo, hasta 5,44 pesos. A diferencia de los erráticos y especulativos movimientos del precio ilegal, en el mercado único y libre de cambios la divisa aumentó 10,6 por ciento en lo que va del año. En un escenario de desaceleración de los aumentos de precios mayoristas y minoristas, el ritmo de devaluación convalidado por la entidad que conduce Mercedes Marcó del Pont es significativamente superior al observado para el mismo período el año pasado. A mediados de junio de 2012 el precio de la moneda estadounidense acumulaba una suba de 5,8 por ciento.

Después de la intervención del BCRA, las reservas internacionales totalizaron en 37.444 millones de dólares, tres millones por encima del cierre anterior. En lo que va de julio la caída de reservas comenzó a menguar y la autoridad monetaria sumó alrededor de 460 millones de dólares los últimos cuatro días. Los datos de la entidad reflejan que en el primer semestre esos activos acumularon un retroceso por más de 5800 millones de dólares, que estuvo explicado en un 86 por ciento por el pago de vencimientos de deuda con acreedores privados.

En tanto, el martes ingresaron 477.650 dólares por el blanqueo a través de 23 Cedin. El Banco Comafi suscribió 13 certificados; el Nación, nueve, y el Citi, uno. Desde que se puso en marcha la exteriorización voluntaria de capitales el 1º de julio se blanquearon alrededor de 5,5 millones de dólares.

El secretario de Comercio Interior solicitó la semana pasada a las sociedades de Bolsa que dejen de realizar operaciones de “contado con liqui”, un popular mecanismo para fugar capitales, hasta que la negociación con los Cedin se afiance. Moreno pretende que la circulación de los certificados en un mercado secundario quite presión al dólar paralelo, al ofrecer un mecanismo alternativo –y más trasparente– para hacerse de divisas. De todas formas, la conformación de un mercado secundario de Cedin depende del éxito de la medida, que recién lleva tres semanas en marcha.

A diferencia de otras “restricciones” y pedidos informales de funcionarios del Gobierno para limitar la escalada del blue, en esta oportunidad para los analistas del mercado la sugerencia/pedido de Moreno sería exitosa. De hecho, ayer volvieron a registrarse escasas operaciones de contado con liqui. No obstante, ese éxito para controlar el canal de fuga se traduciría, según sostienen analistas de la city porteña, en una mayor presión sobre el dólar paralelo.