Martes, 25 de marzo de 2014 | Hoy
ECONOMíA › LA ORGANIZACIóN JUBILEE SE PRESENTó EN LA CORTE DE EE.UU.
Otro amicus curiae quiere asistir a la Argentina en su pelea contra los fondos especulativos que quieren un pago especial. La red Jubilee dice que si la Corte no escucha se perjudicarán los pobres de todo el mundo.
Por Martín Granovsky
Un grupo de 78 organizaciones se unió a la red Jubilee USA Network, una coalición que se define como “religiosa” y comprometida con “el combate contra la pobreza”, como amicus curiae ante la Corte Suprema de los Estados Unidos. Los amigos de la Justicia en este caso apoyan a la Argentina en su litigio con los fondos buitre por el reclamo de la parte minoritaria de la deuda nacional. El mismo apoyo fue expresado por los gobiernos de Francia, México, Brasil y por el Nobel de Economía Joseph Stiglitz.
Un documento emitido ayer por la tarde en Washington explica que el grupo respalda a la Argentina contra el fondo buitre NML Capital, “porque el caso sienta un precedente de impacto de las conductas predatorias sobre poblaciones vulnerables”. Según Jubilee, si no hay un proceso de marcha atrás en el caso argentino “se producirá un impacto negativo sobre los pobres, un daño a la política de deuda de los Estados Unidos apoyada por los dos partidos y la inestabilidad financiera global”.
El texto completo puede ser leído en este link: http://bit.ly/ 1gjHps3
Con una forma didáctica que parece dirigida a los propios Estados Unidos, donde los fondos buitre invierten en tareas de lobby en el Congreso, el documento señala que “probablemente” la Corte Suprema decidirá a partir de junio si trata o no el caso argentino. Recuerda que se remonta a 2001, cuando la Argentina entró en default por alrededor de 81 mil millones de dólares. “Muchos hedge funds compraron deuda por centavos de dólar.” A los que hicieron eso se los llama “buitres”, porque buscan países con catástrofe financiera y litigan por valores que de otro modo beneficiarían a poblaciones pobres. El texto constata que “el 93 por ciento de los tenedores de bonos que reestructuraron sus deudas con la Argentina experimentaron una suba del valor de sus bonos”, pero que los poseedores de acreencias “rechazaron el acuerdo varias veces”.
Eric LeCompte, director ejecutivo de Jubilee USA Network, dijo que “este caso influirá sobre millones de pobres en todo el mundo, y ellos deben ser oídos”.
Entre las organizaciones que firman están el American Jewish World Service, el Church World Service, la Action Aid USA, sinagogas e iglesias protestantes y sacerdotes y monjas de la Iglesia Católica.
Al momento de indicar quiénes están a favor de atender los deseos de la Argentina y no ceder ante los fondos buitre, Jubilee cita a Brasil, México, Francia y al ex economista jefe del Banco Mundial y Nobel de Economía Joseph Stiglitz.
También advierte el documento que el tipo de resolución del caso argentino tendrá incidencia en el sistema financiero internacional y en la lucha contra la pobreza.
Sobre todo, defiende el principio de la equidad para los acreedores, de modo que unos no tengan más derecho que otros. Si un grupo solo fuera premiado, en el futuro no será posible reestructurar ninguna deuda, y la decisión más razonable para un acreedor será solamente entablar litigios.
Si la Corte desoyera este principio de equidad, “dotaría a las compañías financieras que desafían a las naciones más pobres y a los pueblos del mundo de una norma legal que actuaría de antecedente para acelerar su conducta predatoria”. “Mantener ese criterio iría en contra de políticas que van desde la administración de George Bush a la de Barack Obama”, sostiene el texto de Jubilee.
Romper la equidad sería incoherente con los principios que rigen las quiebras comerciales. Según el texto de Jubilee al que ayer tuvo acceso este diario, “la mayoría de los regímenes de quiebra se organizan para cumplir con tres objetivos”. El primero es evitar una quiebra ineficiente que quite todo valor a los activos. El segundo objetivo, forzar al pago de las obligaciones como una prioridad. En tercer lugar, garantizar la cancelación de todas las deudas si es que después de la quiebra la meta es un recomienzo de la actividad de la empresa.
Aunque, según cita el texto de Jubilee, el economista Adam Smith decía que para los Estados debían regir principios similares que para los privados –una solución justa por la cual los acreedores cobraran lo máximo posible y el deudor no quedara destruido– lo cierto es que “como no hay un marco global para la negociación internacional, cada acreedor pasa a tener incentivos para quedarse afuera de la reestructuración de la deuda con la esperanza de obtener el pago más alto”.
De acuerdo con el texto organizado por Jubilee, si la Corte Suprema se desentendiera del caso argentino y dejara en pie el fallo del segundo circuito judicial, sentaría otro precedente de quiénes sufren un doble castigo en caso de crisis de la deuda soberana. El primero es la propia crisis. El segundo es que el sector más afectado es el que “pierde sus trabajos y el acceso seguro a servicios como salud, educación e incluso agua”. Se evaporan las oportunidades económicas “para aquellos que ni siquiera se sentaron cerca y menos aún en lo alto de la ladera de los ricos”.
Si la Corte Suprema llegara a mantener la interpretación de la cláusula pari passu, o igualdad de trato para los acreedores, según la que debe interpretarse que los fondos buitre tienen derechos extraordinarios, para Jubilee en el futuro habría necesidad de salvaguardias especiales para cualquier discusión de deuda. Y, además, quedaría en cuestión la corresponsabilidad entre deudor y acreedor para un crédito a tasas razonables.
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