ECONOMíA › PARTIO LA MISION DEL FONDO SIN LLEGAR A ACUERDO
Dos semanas más de pulseada
La misión del Fondo Monetario regresó ayer a Washington sin que todavía haya acuerdo entre el organismo y el Gobierno. Cerca de Roberto Lavagna dijeron que la negociación “está muy avanzada” y reconocieron que algunos puntos sobre los cuales aún persisten diferencias seguirán negociándose durante las próximas dos semanas. La variable más importante sobre la que existe desacuerdo es la meta de superávit fiscal.
Ayer por la tarde trascendió que Economía había propuesto al FMI un superávit fiscal de 3,2 puntos del Producto para el año que viene. Pero esa versión fue desautorizada por voceros del ministro. Fuentes oficiales apuntaron a este diario que la meta de superávit “es un dato abierto que seguramente se acordará a último momento”.
Lo cierto es que, en aquellas variables donde hubo desacuerdo, Lavagna tuvo que colocar su propuesta. En el caso de las tarifas de las privatizadas, el ministro habría sugerido un cronograma de ajustes. Trascendió que los aumentos se concretarían a partir del próximo año. “Más allá de la magnitud que tendrían esos incrementos, en Washington quieren asegurarse de que existe una decisión política para llevarlos a cabo”, aseguró una fuente de Economía a Página/12. Después de la polémica generada por los dichos de Daniel Scioli, en defensa de las privatizadas, la cuestión del cuadro tarifario quedó en el centro de la tormenta. Y existe un compromiso del máximo nivel del Gobierno de no cambiar los precios antes de revisar los contratos.
El único miembro de la delegación del FMI que se quedó en Buenos Aires es John Dodsworth. En el Palacio de Hacienda suponen que la próxima semana será decisiva para llegar a un acuerdo con el Fondo. El cronograma indica que el directorio del organismo recibiría el borrador del convenio entre el 1º y 2 de setiembre. Y que habría tiempo hasta el 9 para los últimos retoques. Ese día se reúne oficialmente el directorio del Fondo en Washington, en coincidencia con el vencimiento de un pago impostergable con el organismo, por 3200 millones de dólares. En el entorno del ministro suponen que los técnicos del FMI formalizarán sus contrapropuestas a lo largo de esta semana. El director del Departamento Hemisferio Occidental del organismo, Anoop Singh, volverá a tener protagonismo, ya que sería el encargado de transmitir la impresión del directorio del organismo. Por ahora, en Economía se niegan a predecir un escenario negativo, donde perduren las diferencias más allá del 9 de setiembre y la Argentina deba decidir si afronta o desconoce el vencimiento de la deuda.
El tema impositivo es también central en las negociaciones. Ante el reclamo del FMI de eliminar el impuesto al cheque, al que considera distorsivo, el vocero de Lavagna, Armando Torres, postergó esa posibilidad. “El Gobierno avanzará en una reforma impositiva que empiece por atacar los impuestos distorsivos, como es el impuesto al cheque, una vez que se llegue a resultados satisfactorios en términos de recaudación”, remarcó.
La propuesta del convenio elevada por Economía incluiría un crecimiento del Producto del 5 por ciento para el 2004, con una inflación anual de entre 6 y 7 por ciento. En este contexto, Lavagna cree que el superávit fiscal debería aproximarse a 3 puntos del PBI, muy lejos de los 4,5 puntos reclamados por Washington. Los delegados del FMI tenían margen para negociar hasta 3,5 puntos. Llegar a ese nivel equivaldría a un saldo azul de 14.700 millones de pesos, es decir, 2100 millones más de lo máximo que ofrece el Gobierno.