“La cuestión es que no se pierda un puesto de trabajo. Vamos a ser inflexibles con esto”, aseguró ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof, al ser consultado sobre el impacto que puede provocar la caída en la producción de la industria automotriz. El funcionario aseguró también que hubo un aumento desmedido en el precio de algunos modelos y que se reunirá en los próximos días con los empresarios para conversar sobre el tema. “Si ponen precios más accesibles estoy seguro de que las ventas de autos van a mejorar”, agregó.

La producción de autos cayó 21,6 por ciento en abril y en lo que va del año acumula una baja de 17,9 por ciento, según informó el miércoles pasado la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa). La actividad se vio afectada por la caída de las exportaciones a Brasil, principal destino de los vehículos argentinos con el 89,1 por ciento del total. “La crisis automotriz no es de Argentina; cayeron 17 por ciento las colocaciones de coches en el mercado brasileño y eso tiene que ver con lo que pasa. Cuando en Brasil se venden menos coches, en Argentina hay problemas en la producción”, aseguró Kicillof.

El Gobierno está trabajando sobre ese aspecto. De hecho, funcionarios argentinos han mantenido reuniones la semana pasada con sus pares brasileños para tratar de encontrarle una salida al problema. La agenda coyuntural, que preocupa a ambas administraciones, convive con una de mediano plazo, en la cual sobresale la negociación por definir las pautas de una nueva política automotriz del Mercosur. Allí, el objetivo argentino es equilibrar la balanza comercial bilateral y mejorar la integración de partes locales en los autos fabricados a nivel regional.

El funcionario también reconoció que la suba de impuestos afectó a los autos de alta gama, repercutiendo en el ritmo de ventas, pero aseguró que ese gravamen afecta a sólo el seis por ciento de los autos. “Ese mercado tan chiquito se está reacomodando”, sostuvo. Otro de los factores que influyó en la baja de la producción fue el incremento de costos que provocó la devaluación. “El factor externo es un tema, también los movimientos en el tipo de cambio, porque los autos tienen un 60 por ciento de insumos importados. Es injustificado que afecte a todo el precio del automóvil”, sostuvo Kicillof. En el Gobierno están convencidos de que el sector aprovechó la puesta en vigencia del impuesto y la devaluación para remarcar los precios más de lo que hubiera correspondido. Por eso, ahora están negociando para que den marcha atrás con algunos de esos ajustes.

Según fuentes sindicales, alrededor de doce mil trabajadores del bloque automotor están bajo algún régimen de suspensión (ver aparte). Ese tipo de medidas está siendo tomado por las terminales y los autopartistas para no acumular stocks ante un escenario de fuerte retracción de las ventas, según la versión que ofrecen las propias empresas. Al Gobierno le preocupa especialmente este tema. Por eso, Kicillof dejó especialmente en claro que no van a permitir que se pierdan puestos de trabajo.

El ministro de Economía también analizó la evolución de los precios. “El fenómeno del movimiento de los precios es mucho más complejo que la inflación. La inflación explica el alza generalizada de precios. Es cierto que algunos precios suben, pero hay otros que bajan, como es el caso de los estacionales”, señaló. Acerca del programa Precios Cuidados, destacó que “el cumplimiento fue excelente pese a que la prensa opositora y la oposición trabajaron mucho para decir que el programa era un fracaso y la idea de que la inflación se la para sólo con medidas recesivas”. “Las sanciones vienen porque los precios no están mostrados, por desabastecimiento y por incumplimiento de los precios. El Estado no puede cuidar los precios en solitario”, dijo el ministro. Consultado sobre las negociaciones con el Club de París, Kicillof destacó: “El acuerdo es un proceso tortuoso, pero este gobierno siempre pagó sus deudas, aún cuando no las contrajo”, expresó a modo de conclusión.