Miércoles, 30 de julio de 2014 | Hoy
ECONOMíA › ECONOMISTAS DE DISTINTAS EXTRACCIONES EVALúAN UN EVENTUAL ARREGLO QUE PERMITA SUPERAR LA BARRERA DE HOY
Coinciden en que debe privilegiarse el cumplimiento con los bonistas del canje, y que Argentina “hizo lo correcto” en depositar el pago antes del 30 de junio. Evaluación del peso de los apoyos políticos a favor del país.
Por Sebastián Premici
“Si se llega a un arreglo, se descomprimirá toda la situación. Muchos economistas del establishment más que analizar las consecuencias de un posible default, lo querían. Cualquiera sea el acuerdo, en caso de concretarse, significará un freno del propio sistema financiero al accionar de los fondos buitre.” Este análisis corresponde a Arnaldo Bocco, ex director del Banco Central, que al cierre de esta edición se mostraba expectante sobre las negociaciones en curso entre Daniel Pollack y el ministro de Economía, Axel Kicillof. “La posición de la Argentina siempre fue la misma, conseguir un stay para poder realizar el pago a los bonistas que entraron en el canje y luego resolver el tema de fondo en enero. Si en el medio surge un acuerdo entre privados, como podría ser la participación de los bancos locales adquiriendo los títulos en poder de los fondos buitre, perfecto. Argentina no va a hacer nada que gatille la cláusula RUFO”, agregó Agustín D’Atellis, economista de la Gran Makro.
“Los bancos tienen en cartera buena cantidad de títulos públicos. Seguramente habrán acercado alguna oferta para concretar un negocio. Pero más allá de cualquier escenario que pueda darse en estas horas, el escenario apocalíptico que planteaban muchos no se dará. Si el ministro (Axel Kicillof) está allá, es porque todo estaría muy avanzado. Pero si no se diera, el costo de gatillar la cláusula RUFO sería muy alto. Es decir, si hay que atravesar el default técnico, lo haremos. De ninguna manera habrá un impacto en la macroeconomía ni en la generación de empleo, como especulan algunos sectores”, agregó D’Atellis.
“Si una posible resolución negativa iba a repercutir negativamente sobre el segundo semestre, cualquier acuerdo permitiría aplicar políticas para reactivar la economía en la segunda parte del año. También será una muestra de la espalda que tuvo el país para bancarse la presión de los fondos buitre”, reflexionó ante este diario Ricardo Aronskind, investigador de la Universidad Nacional de General Sarmiento. “Y a su vez, será un logro de la comunidad internacional, que alzó su voz a favor de la posición argentina”, agregó Bocco.
El ex ministro de Economía Roberto Lavagna coincidió en que el principal error, y riesgo al mismo tiempo, sería no contemplar la cláusula RUFO. En ese sentido, criticó la “charlatanería del lado del sector financiero”.
“La clave es llegar a la fecha de vencimiento de la cláusula RUFO. Hay mucha charlatanería del lado del sector financiero, tanto internacionalmente como algunos locales, algunos que participaron de operaciones de la deuda catastrófica como el Megacanje y demás. Ahora hay que elegir entre privilegiar al uno por ciento que está litigando contra el 93 por ciento que hace 10 años entró al canje y que han cobrado con absoluta normalidad”, explicó.
Otro ex ministro de Economía, y actual diputado por UNEN, Martín Lousteau, aseguró que en caso de que la Argentina caiga en default, eso no representaría “el fin del mundo”. “El primer acierto (que tuvo el Gobierno) fue pagar antes del 30 de junio los intereses correspondientes a los bonistas que entraron en el canje y enfrentar a Griesa con las inconsistencias de su propio fallo”, expresó el legislador en declaraciones radiales.
El abogado especialista en derecho internacional y mercados financieros Sebastián Soler explicó que la fortaleza de la posición argentina reside en el contrato que posee con el Banco de Nueva York, el agente fiduciario a quien le depositaron parte del dinero para distribuir entre los bonistas que entraron al canje.
“Se discute mucho si la Argentina entra en default o no. Default no es un concepto abstracto, sino que es un término jurídico preciso que está definido en el contrato que vincula a la Argentina con el fiduciario, el Banco de Nueva York, y con los bonistas. Ciertamente no hay un evento de default como el contrato lo define y eso es importante”, sostuvo el especialista, y aclaró: “Si hubiera un evento de default bajo el contrato del fideicomiso, con el voto favorable del 25 por ciento de los bonistas podrían pedir la aceleración, donde ya no estarían reclamando el cupón de interés que no se les pagó, sino el total del capital que se le debe pagar recién en el año 2033”.
El ex titular del Banco Central Aldo Pignanelli también se manifestó optimista sobre la resolución del conflicto con los fondos buitre. “Estoy muy tranquilo que éste es un tema solucionable, y se va a solucionar más allá de la impericia del Gobierno, nos va a costar caro, pero se va a solucionar”, subrayó el ex funcionario.
Por su parte, el diputado nacional Carlos Heller sostuvo que “son mucho más graves los riesgos de aceptar el fallo de (el juez norteamericano Thomas) Griesa que los de insistir en la postura argentina”. Es decir, para este banquero la resolución del conflicto deberá pasar por evitar cualquier activación de la cláusula RUFO, aunque esa decisión también tenga costos para la actual administración.
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