La aplicación de la ley abastecimiento, el litigio con los fondos buitre y la restricción externa de dólares fueron los temas que acapararon la agenda de la reunión que mantuvieron ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof, y referentes de las principales cámaras patronales. El funcionario mantuvo un breve encuentro con el grupo de lobby empresario autodenominado G-6, con el que hubo un “acercamiento” y cierto compromiso a apoyar al país en un momento difícil de la economía, según relató a este diario uno de los presentes, que prefirió mantener el anonimato ante el pedido oficial de no filtrar información sobre la reunión. La entrevista fue a pedido del titular de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss, quien fue acompañado por el resto de los integrantes del Grupo de los Seis, con excepción de la Sociedad Rural Argentina (SRA). Kicillof se había reunido anteayer con la comisión directiva de la Coordinadora de la Industria Alimenticia (Copal), a la que ratificó que no habría una nueva devaluación.

El ministro dio inicio esta semana a una serie de reuniones con algunas de las principales cámaras empresarias, al tiempo que el flamante presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, hizo lo mismo con las asociaciones de bancos privados nacionales y extranjeros, con el objetivo de solicitar colaboración y escuchar las eventuales demandas del sector privado. Tras la reunión con la Copal, donde el ministro descartó modificaciones en la venta de dólares tanto para el sector empresario como para el público en general, recibió al nucleamiento empresario más enfrentado con el Gobierno. Al mediodía mantuvo un almuerzo con representantes de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham).

A la reunión de ayer, propuesta por Weiss, asistieron Adelmo Gabbi, de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires; Jorge Brito, de la Asociación de Bancos Privados –quien el día anterior integró el cónclave que recibió Vanoli–; Carlos de la Vega, de la Cámara Argentina de Comercio, y Héctor Méndez, de la Unión Industrial Argentina. El presidente de la Sociedad Rural, Luis Etchevehere, anticipó que no iría a un encuentro con agenda abierta porque, aseguró, “no conduce a ningún lado”. En cambio, manifestó que asistirá cuando se convoque a la Mesa de Enlace. Las declaraciones de Etchevehere fueron desde Roma, donde participa de un encuentro del sector. Desde el entorno de Kicillof apuntaron que la convocatoria provino de Weiss y no del ministerio, con lo que rechazaron los dichos de Etchevehere.

Durante el encuentro, el ministro escuchó el diagnóstico que cada uno de los presentes hizo sobre su sector. El ministro les aseguró que las puertas del Palacio de Hacienda están abiertas para discutir cualquier tema y para recibir propuestas. Les reiteró las herramientas financieras que el Gobierno puso a disposición del sector privado. Kicillof les manifestó a los popes empresarios que, así como se hizo con el sector automotor, se buscarán soluciones desde el Estado a todos los problemas que puedan ir surgiendo producto de un contexto regional convulsionado. Le solicitó al empresariado “acompañamiento para defender lo alcanzado en la última década”.

El propósito original de la reunión era analizar la ley de abastecimiento, en momentos en que la UIA prepara una presentación judicial para frenar su aplicación. El martes de la semana pasada, el Comité Ejecutivo de la entidad fabril no pudo reunirse, por falta de quórum, para definir la pelea judicial contra la norma. En la reunión se solicitó de manera informal a los empresarios que “no judicialicen la ley”. Más allá de este pedido, el tema se trató fugazmente. Los empresarios entendieron que no era ése el marco para discutirlo. También se habló sobre la posibilidad que puedan tener las empresas para emitir deuda en medio del litigio que enfrenta el país con los fondos buitre, según explicaron fuentes privadas. Desde Economía y el nucleamiento empresario coincidieron en que fue una reunión cordial y que quedó abierta a nuevos encuentros. Los empresarios se retiraron de Economía sin hacer declaraciones, a pedido de Kicillof. “Nos hicieron jurar sobre la Biblia que no digamos nada”, sentenció De la Vega al salir del edificio.