El Pro.Cre.Auto concluyó el lunes pasado. A lo largo de seis meses el programa de financiamiento otorgó más de 22 mil créditos para la compra de vehículos cero kilómetro. La iniciativa movilizó más de 2200 millones de pesos. Desde el equipo económico indicaron que, por el momento, no contemplan una nueva versión del programa de créditos del Banco Nación, que permitió amortiguar la caída de los patentamientos y el nivel de empleo sectorial durante 2014. El plan contó inicialmente con una fuerte resistencia de los fabricantes. En el Ministerio de Economía enfatizaron que mantendrán un seguimiento de los precios en el sector para evitar abusos. A lo largo de la segunda etapa del plan que venció a principios de esta semana se presentaron 5204 solicitudes de préstamos y ya se entregaron 1750 autos. En Acara, la cámara que nuclea a las concesionarias, aseguraron que el proceso se completará durante las próximas dos semanas.

La venta de vehículos cero kilómetro cerró el año pasado con 683.485 unidades patentadas, un retroceso de 28 por ciento respecto del record de 956.884 unidades alcanzado en 2013. En el Palacio de Hacienda enfatizaron el rol contracíclico del sector público para sostener las ventas en un contexto donde la demanda (interna y externa) se achicó: “Las medidas impulsadas por el Gobierno como el Pro.Cre.Auto, el aumento de impuestos internos y la política de administración de divisas buscaron incentivar la venta de vehículos de producción nacional en el país”, expresó un colaborador del ministro Axel Kicillof.

Así, mientras que en 2013 los vehículos nacionales representaron el 37,6 por ciento de los patentamietos totales de vehículos en la Argentina, en 2014 el porcentaje fue del 44,4 por ciento. “Más allá de las vicisitudes acontecidas, es justo decir que el Pro.Cre.Auto ha colaborado para finalizar el año en estos niveles de patentamientos de más de 680 mil unidades”, afirmó la semana pasada el titular de Acara, Abel Bomrad.

El Pro.Cre.Auto fue una política acordada entre el equipo económico, terminales automotrices y concesionarias para sostener la producción y los patentamientos de autos a través de créditos accesibles. El plan buscó amortiguar las alzas en las tasas de interés aplicadas por el sistema financiero luego de la devaluación de comienzos de año. En ese momento, el costo financiero de los créditos prendarios ofrecidos por las compañías financieras de las propias fabricantes (por esa vía se financió en 2013 la venta de cuatro de cada diez autos) trepó exponencialmente. La iniciativa fue inicialmente resistida por las automotrices, aunque finalmente terminaron acompañando el plan.

Durante la primera etapa del plan se ofrecieron 42 modelos y para la segunda fase la lista se redujo a 24. Con eso, las terminales buscaron asegurar la oferta de los autos y evitar los problemas de abastecimiento que abundaron en la primera parte. Los vehículos ofrecidos representaban alrededor del 15,6 por ciento de los modelos patentados.

Para eso, el Nación otorgó créditos para financiar hasta el 90 por ciento del total de los vehículos listados con un tope de 120 mil pesos durante un plazo máximo de 60 meses. El plan ofrecía una tasa nominal del 17 por ciento para los clientes del BNA y 19 por ciento para aquellos que no lo son. El costo financiero total ascendió al 27,48 y 30,58 por ciento, respectivamente. Era una tasa fija por 36 meses y luego tasa variable hasta el final, con tope según el coeficiente de variación salarial del Indec en el año correspondiente.