La Justicia procesó al futbolista Jonathan Bottinelli por presunto delito de evasión fiscal y le trabó un embargo sobre sus bienes. La maniobra en la que está involucrado el ex defensor de San Lorenzo comenzó en junio de 2012, cuando quedó como jugador libre a pesar de que inmediatamente después fue transferido a River Plate por intermediación del Club Deportivo Unión San Felipe de la República de Chile. En realidad, Bottinelli nunca jugó en la entidad trasandina, que funcionaría como “paraíso fiscal deportivo” para “triangular” la operatoria.

La transferencia del defensor fue realizada en 1,7 millón de dólares y el pago se realizó en la cuenta bancaria que el Club Deportivo Unión San Felipe posee en Miami, Estados Unidos. Sin embargo, descubrió la AFIP, el verdadero beneficiario de esa cuenta es la sociedad chilena Old Oak que se encuentra en las Islas Vírgenes. Se considera paraísos fiscales deportivos a las entidades deportivas del exterior que intervienen en transferencias de jugadores que no formaron en sus divisiones inferiores ni utilizaron profesionalmente ni siquiera una temporada. En la causa de Bottinelli interviene el Juzgado en lo Penal Tributario Nº 1 a cargo del juez Javier López Biscayart.

Por su parte, el árbitro de fútbol Pablo Lunati apeló la resolución del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº 2 de San Martín, que no le había hecho lugar a una nueva probation solicitada en la causa que tiene por evasión simple y agravada. “Dentro de los próximos cinco días, Lunati deberá fundamentar ante la Cámara de Apelaciones de San Martín por qué debería otorgársele una nueva probation cuando ya tenía una anterior por el delito de uso de documento o certificado falso o adulterado”, informaron fuentes judiciales. La jueza Alicia Vence ordenó la inhibición general de bienes del árbitro por un lapso de 90 días.