El fracaso de las negociaciones entre el gobierno griego y sus acreedores y el anuncio de un corralito bancario desató ayer una ola de ventas en los principales mercados financieros del mundo ante el temor de que ese país abandone la Zona Euro. Las Bolsas europeas, las más castigadas por los sucesos en la economía helena, registraron retrocesos de hasta el 5 por ciento, la mayor caída diaria desde 2011. La calificación de la deuda griega fue rebajada a “default selectivo” como castigo por el referéndum convocado para decidir si se acepta o no el plan de ajuste exigido por la troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Banco Central Europeo) para recibir nuevos rescates financieros. Por el desplome de sus acciones, los bancos europeos perdieron unos 30.000 millones de euros en concepto de capitalización bursátil, lo que complica todavía más su situación. En la Bolsa porteña, las acciones de bancos privados también fueron las más castigadas durante la jornada y el índice líder bajó 3,2 por ciento.

Durante el fin de semana, el ministro de Economía de Grecia, George Stathakis, confirmó que su país no hará frente al pago de unos 1600 millones de euros que vencen hoy, al tiempo que se anunció por decreto un feriado bancario hasta el próximo lunes 6 de julio. El corralito fue instrumentado en medio de una fuerte salida de depósitos que los bancos ya no estaban en condiciones de sustentar. Por su parte, el Banco Central Europeo anunció que no elevaría su respaldo financiero a los bancos helenos y algunos analistas ya anticipan un contagio para el resto de las entidades europeas.

La calificadora Standard and Poor’s rebajó la nota de Grecia a “CCC”, al estimar que la decisión de Atenas de convocar un referéndum para decidir si aceptan el plan de rescate de los acreedores es una mala señal para su “estabilidad económica”. Las otras dos calificadoras de riesgo –Moody’s y Fitch– anticiparon la misma nota para la deuda de Grecia. Ninguna impondrá la nota de “default” (de no pago general) debido a que el FMI tiene estatus de “acreedor oficial” no privado. Las calificaciones de riesgo que colocan estas agencias solamente toman en cuenta las obligaciones con el sector privado.

En la noche del domingo, los contratos a futuro de las acciones en Wall Street, con caídas de hasta 2 por ciento, anticipaban un “lunes negro”. En la plaza neoyorquina, el índice de firmas industriales Dow Jones perdió ayer un 1,9 por ciento, mientras que el selectivo S&P500 (de las empresas de mayor tamaño) retrocedió un 2,1. Las principales Bolsas asiáticas, las primeras en absorber las malas noticias, registraron importantes caídas en sus principales indicadores. El índice japonés Nikkei perdió 2,9 por ciento, al igual que el Hang Seng de Hong Kong, mientras que el Shanghai y Shenzhen (ambos de China) finalizaron con rojos de 3,3 y 6,1 por ciento, respectivamente.

En Europa las caídas fueron generalizadas y más abultadas. Las pérdidas más profundas recayeron en los países periféricos, ante un eventual contagio. S&P evalúa en un fifty-fifty el riesgo de que Grecia salga de la Eurozona. El principal índice de Portugal cayó el 5,2 por ciento, seguido por Milán (-5,2) y Madrid (-4,6). El indicador de la Bolsa parisina CAC 40 perdió 3,7 por ciento, mientras que en Francfort bajó 3,6 y Londres, un 2 por ciento. Los bancos concentraron las órdenes de venta de los inversores. En la Bolsa madrileña las acciones del Banco Santander perdieron 6,7 por ciento y las del BBVA retrocedieron 6 por ciento. Operaron en negativo los bancos Bankia, con una caída de 4,2 por ciento, seguidos por Sabadell (-5,2), Bankinter (-4,3), Banco Popular (-7,2) y la CaixaBank (-4,3)

En los papeles locales, el canal de contagio fueron los ADR de empresas argentinas que cotizan en Wall Street, cuya tendencia se trasladó al MerVal. Los certificados del Francés perdieron 4,4 por ciento, mientras que el banco Macro y el Grupo Galicia, en ambos casos, cayeron 2,9 por ciento. En el MerVal, las pérdidas de estas entidades fueron para Banco Francés, del 4,9 por ciento, seguidos por el Macro, con el 4,6 por ciento, y Galicia, un 4,2 por ciento.