La automotriz Fiat anunció una inversión de 500 millones de dólares para su planta en la localidad cordobesa de Ferreyra, con el objetivo de lanzar durante la segunda mitad de 2017 un nuevo modelo cuya producción se destinará en un 80 por ciento a la exportación. La inversión estaba prevista desde hace tiempo, incluso había sido anticipada el año pasado por la empresa. El presidente Mauricio Macri asistió al acto y dijo que el proyecto de Fiat “va a traer los mejores equipamientos” y repitió que “necesitamos volver al mundo, ser parte de la cadena global de producción y recrear la confianza del mundo y la confianza en nosotros”. En cambio, Macri no se refirió al escándalo que generó su participación en empresas radicadas en paraísos fiscales, revelada por una filtración masiva de datos financieros. La producción de autos, en tanto, cayó 8,4 por ciento en marzo.

La inversión de Fiat tiene que ver con la producción de un nuevo modelo que se fabricará en la sede cordobesa sobre una plataforma modular para el mercado latinoamericano, a la que se prevé incorporar más de un 50 por ciento de integración local, aseguró la empresa. En realidad, el desembolso ya había sido anticipado en abril de 2015 por el CEO global de Fiat-Chrysler, Sergio Marchionne, cuando inauguraba en la ciudad brasileña de Goiania la nueva planta de la empresa. Al anuncio de ayer asistieron Macri, Marchionne y el CEO de Fiat Argentina, Cristiano Rattazzi.

El nuevo modelo todavía no fue detallado pero se prevé un volumen de más de 100 mil vehículos al año, de los cuales el 80 por ciento se exportará a la región y el resto al mercado nacional. Funcionaría como reemplazo de los actuales modelos Grand Siena y Línea. La inversión se destinará a instalar unos 150 robots en la unidad de chasis, incorporar un sistema de aplicación automática de adhesivos y una nueva línea de montaje paletizada. La producción a nivel local del nuevo modelo también requerirá el desarrollo de proveedores locales.

El anuncio se da en un contexto muy complicado para la industria. Ayer Adefa (terminales) informó que la producción de autos cerró marzo con 46.209 unidades, un 8,4 por ciento menos que el mismo mes del año pasado. La baja se explica por el desempeño de las exportaciones, que derraparon 37,9 por ciento en función del desplome del mercado brasileño, mientras que las ventas internas subieron. En relación a febrero, la producción automotriz creció un 35,2 por ciento. El primer trimestre cerró con una producción de 98.168 vehículos, una retracción interanual del 18,1 por ciento.

En marzo se produjeron 4229 unidades menos que el mismo mes del año anterior, aunque se registró un avance mensual a raíz de las paradas técnicas que afectaron la actividad en el verano, junto a la fuerte inestabilidad cambiaria. En total, las automotrices vendieron al mercado local 60.694 autos, lo que representa un aumento del 20,1 por ciento. Sin embargo, de ese total 27.454 unidades fueron de fabricación nacional (una suba del 16,1 por ciento) y el resto se trató de autos importados. Los importados crecieron fuertemente a raíz de la liberalización comercial que aplicó el gobierno en un marco de presión de Brasil por vender stocks.

La dinámica de las exportaciones de autos da cuenta de las inconsistencias en el discurso macrista sobre los efectos positivos de la devaluación. Luego de un aumento del dólar del 50 por ciento, las exportaciones en forma acumulada bajaron en el primer trimestre un 40 por ciento. La caída fue del 48,4 por ciento en enero, del 40,2 por ciento en febrero y del 37,9 por ciento en marzo. Ese desempeño se explica porque las ventas externas de autos no dependen tanto del tipo de cambio sino de la demanda, que cae a pique en la economía de Brasil, que este año podría registrar una baja del PIB de 3,7 por ciento, según estimaciones del mercado.

El titular de Adefa y presidente de Ford, Enrique Alemañy, anticipó que “se puede prever que el mercado presentará un comportamiento similar a 2015, mientras que la producción podría registrar una leve caída respecto del año anterior, afectada por menores exportaciones a Brasil y parcialmente compensada por mayores ventas de unidades nacionales en el mercado interno”. Adefa pidió concretar un acuerdo comercial con Colombia para “reducir la dependencia del sector respecto del mercado de Brasil”.