Miércoles, 27 de abril de 2016 | Hoy
ECONOMíA › EL MINISTRO ALFONSO PRAT-GAY JUSTIFICó EL AJUSTE ANTE EMPRESARIOS ESPAñOLES
En el cierre de un encuentro de empresarios argentinos y españoles, el titular de Hacienda y Finanzas aseguró que “no habrá más aumento de tarifas este año”, pero defendió los aplicados. “Había un hartazgo con el populismo del gobierno anterior”, definió.
“Había un hartazgo con el populismo del gobierno anterior, lo que cundía con el gobierno anterior era el pánico, que era el motor de ese gobierno. Acá hay un cambio cultural más que un cambio de nombres o de partido”, definió el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, el momento político actual ante medio centenar de empresarios que lo agasajaron en la clausura del Encuentro Iberoamericano Empresario organizado por la Cámara Española de Comercio en la República Argentina. Prat-Gay, ante un auditorio ampliamente a su favor, justificó el arreglo con los fondos buitre y las duras medidas que se tomaron en materia de tarifas, admitió que pudieron resultar “dolorosas, desagradables, pero era necesario hacerlo, porque sin eso no podíamos crecer”. También anticipó que, “en dos semanas, se lanza la primera licitación para la generación de energía renovable”. En referencia al proyecto de la oposición de una ley para evitar los despidos, el ministro afirmó que “ni por asomo estamos ante una emergencia del empleo, como se nos quiere hacer creer”. Y volvió a asegurar que “no va a haber más aumentos de tarifas en todo el año, ahora hay otras cosas en las que trabajar, y hay límites que tenemos que respetar”, diferenciándose, casi sin disimularlo, de posturas como las de su compañero de gabinete Juan José Aranguren.
Tanto la presentación del ministro, a cargo de Miguel Ángel Corés, titular de la Fundación Iberoamericana Empresarial, como la participación de directivos empresarios como Jaime Campos (presidente de la Asociación de Empresarios Argentinos), Cristiano Ratazzi (titular de Fiat Argentina), así como representantes globales del Banco Santander y de Telefónica, le brindaron un marco ampliamente amigable con su postura y la durísima política de ajuste que lleva adelante. Si a la política económica actual se la acusa de jugar abiertamente a favor del capital concentrado y de los sectores más ricos, justamente estos son los que ayer lo agasajaron. Los comentarios en los pasillos no estaban referidos a las caídas en las ventas o algún drama por inaccesibilidad al crédito, sino a temas más bucólicos como “pasame el contacto con el decorador que trabajó en tu casa, porque estoy haciendo reformas en la residencia en Miami y...”.
No le costó mucho a Prat-Gay engancharse con el buen clima reinante en el Salón Dorado del Plaza Hotel ni lograr que sus bromas tuvieran gentil recepción. Corés, al presentarlo, le describió a los comensales extranjeros allí presentes: “no imaginan la impresión que hemos recibido al ver el espíritu optimista de los empresarios en este país; y pensar que cuando el actual ministro nos visitó en Madrid, en junio del año pasado, no le creímos que se pudiera ganar”, dijo, tomando parte por los vencedores en la contienda electoral.
Prat-Gay, al tomar la palabra, recomendó a los visitantes no dejarse llevar por la primera impresión. “Vista de frente, la economía argentina es un quilombo, como decimos acá”, pero sugirió “verla desde otra perspectiva”, subrayando que el primer eje u objetivo del nuevo gobierno había sido “ordenar lo que estaba muy desordenado, mucho más de lo que habíamos previsto”. En ese plano, justificó y valorizó el impacto provocado con los violentos ajustes de tarifas por eliminación de subsidios, y “el gran logro de haber cerrado un capítulo vergonzoso, el pago de la deuda a los holdouts, y con una discusión en el Congreso en la que el 75 por ciento de los legisladores votó a favor de salir del default; en el Senado, el proyecto tuvo más votos del Frente para la Victoria que de Cambiemos, donde tenemos un bloque muy chico, apenas 20 integrantes: esto es lo que hay que mirar, hay un cambio mucho más profundo, que es el cambio cultural”.
Prat-Gay describió como segundo eje de la actual política el objetivo de “restablecer las relaciones con el resto del mundo y volver a ser confiables”. Indicó que el gobierno anterior no podía tener buenas relaciones ni con el propio personal de las embajadas. “Lo que imperaba en el anterior gobierno era el pánico, era el motor de la política de ese gobierno”, enfatizó. “Un gobierno que cómo iba a ser confiable en el exterior si ni siquiera cumplía con los fallos judiciales y se mentía a sí mismo con las estadísticas; eso es lo que se decía afuera”. De inmediato aseguró que “nosotros no venimos a pelearnos con nadie, en este punto de inflexión en el que estamos creo que se juegan los próximos treinta años del país”.
El tercer eje de la gestión, describió, es “cuidar a los más vulnerables”. “Somos muy concientes de que recibimos 30 por ciento de la población, unos 12 millones de argentinos, que no ganan lo suficiente para llegar a fin de mes; sabemos que hay medidas que en lo inmediato pueden ser dolorosas, por eso el gobierno trabaja en políticas que contemplen la situación de los más vulnerables. Estamos convencidos que estas medidas son necesarias, que los beneficios a largo plazo superan a los costos. Que estamos sentando las bases para el crecimiento y la creación de empleo”.
Sobre el final, se refirió a algunas críticas que recibe a su gestión, como parte de una puja interna a la que no mencionó pero pareció aludir. “Entiendo que haya visiones más ansiosas, que pidan tener ya otros resultados, como en el tema fiscal”, se atajó. “Pero no es posible cerrar el déficit en el corto plazo, cuando recibimos un desequilibrio del 6 por ciento del PBI”. Dijo que, en cambio, en cuestiones como el pago a los buitres, “avanzamos más rápido de lo que cualquiera hubiera esperado”, y justificó ese apuro diciendo que era “imprescindible y urgente retornar al mercado de crédito, porque era la manera de evitar quedar encerrados entre la alternativa de una emisión de dinero desmesurada o reducir violentamente el gasto”. Luego, demostrando que la lectura de Páginað12 y sus títulos no le es ajena, describió que “cuando recibimos una oferta de casi 70 mil millones de dólares (por la emisión de bonos de la deuda), no nos agarró la euforia, como dicen algunos, sino que nos dijimos que habíamos cumplido la primera etapa”.
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