El presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Diego Cifarelli, adelantó en un congreso sectorial hace algunos días que algunas empresas comenzarán a importar en breve trigo desde Uruguay. “Esta es una situación a la que se llega por decantación, por la falta de motivación del productor para hacer este cultivo en el último tiempo”, aseguró el ejecutivo. En la industria remarcan que en que en la Argentina actualmente no hay la suficiente cantidad de trigo de calidad que necesitan los molinos para elaborar pan y abastecer en condiciones normales el mercado interno. Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, la última vez que el país importo trigo fue en 1973, hace 43 años, con casi 500.000 toneladas.

El consumo local de trigo es de aproximadamente 7 millones de toneladas y la última cosecha fue de 10,9 millones, pero la calidad del cereal es mala. En 2013 el país estuvo a punto de importar trigo y desde las entidades rurales cuestionaron con dureza al kirchnerismo. Ahora, en cambio, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere, le restó importancia al tema. “No lo veo mal, porque a fin de año vamos a tener una gran producción, con el triple de las necesidades del consumo interno”, afirmó el empresario oficialista.

José Pedro Sánchez, gerente de la firma exportadora de Uruguay Granosur. aseguró que en los próximos meses podrían exportarse entre 1000 y 2000 toneladas hacia Argentina, una cifra baja respecto del total del consumo interno. En el gobierno, no ven con buenos ojos la iniciativa por lo que representa en términos simbólicos. “Hoy lo veo ilógico, porque hay una situación coyuntural. En esta época del año hay una caída en la oferta de trigo porque la cadena está ocupada con el maíz y la soja. Es coyuntural que la demanda supere a la oferta”, aseguró el secretario de Agricultura, Ricardo Negri.