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La empresa Transportadora de Gas del Sur (TGS) anunció ayer que invertirá, a partir de febrero, 22 millones de pesos en la ampliación de la capacidad de transporte del Gasoducto Cordillerano, que alimenta las localidades cordilleranas de Neuquén, Río Negro y Chubut. Según precisó un vocero de la firma distribuidora en la región, Camuzzi Gas del Sur, “la ampliación soluciona un cuello de botella, que impedía darle la conexión a los nuevos clientes que la solicitaron sobre todo en el último año, en toda la zona que va desde Bariloche a Esquel, fundamentalmente”. En cambio, no hubo anuncios con respecto a cambios en la capacidad de transporte de las conexiones entre el yacimiento (Loma La Lata, Neuquén) y el área metropolitana bonaerense. Esta dificultad es la que, según algunos observadores, podría provocar problemas de abastecimiento el próximo invierno.
Las obras anunciadas comprenden el tendido de 51 kilómetros nuevos de caños, paralelo al gasoducto existente, lo que posibilitaría incrementar en 130 mil metros cúbicos diarios la capacidad de transporte (11 por ciento sobre el volumen actual). Según estimó la propia empresa, las obras se iniciarán en febrero y estarán completadas en cinco meses.
En fuentes del propio sector indican que las obras de mejora en la capacidad de transporte hacia el área metropolitana –los gasoductos Neuba I y II– demandarían una inversión muy superior a los 22 millones comprometidos por TGS en el Cordillerano. La empresa transportadora, operada por una sociedad de Enron de Estados Unidos y Petrobras de Brasil, no ha invertido en ampliación de dichos gasoductos troncales desde que recibió la concesión, hace ya más de una década. El aumento de la demanda de gas natural se aceleró en los últimos años, como reflejo del menor costo de dicho combustible con respecto a otros alternativos. Pero en algunas regiones, como el área centro y sur de la provincia de Buenos Aires, no se concedieron nuevas conexiones en el último año y medio aduciendo falta de capacidad de transporte para el suministro.
El conflicto con los barrios y nuevos usuarios no conectados recayó, también en el caso de la provincia de Buenos Aires, en Camuzzi, en este caso como operadora de Gas Pampeana. A pesar de que la distribuidora adujo que no podría recepcionar nuevos clientes sin afectar a los existentes, por el problema de las limitaciones en el transporte, tanto el Enargas como el gobierno bonaerense responsabilizaron a Camuzzi por incumplir sus compromisos. El gobierno provincial, incluso, anunció la creación de una empresa estatal de distribución para realizar, eventualmente, la tarea que la concesionaria no hiciera. Pero el problema del transporte del gas desde el yacimiento sigue sin resolverse y ni TGS ni nadie se comprometió, hasta ahora, a hacerse cargo de las inversiones necesarias.
El Gasoducto Cordillerano posee una extensión total aproximada de 940 kilómetros, tiene entre ocho y diez pulgadas de diámetro nominal y una capacidad máxima de inyección de 1,19 millones de metros cúbicos diarios. TGS calcula que los trabajos de ampliación durarán cinco meses y una vez concluidos “la capacidad de transporte del sistema se llevará a 1,33 millones de metros cúbicos de inyección” en Plaza Huincul, ubicada en la provincia de Neuquén.
La diferencia con el Neuba I y II es que, mientras el problema de capacidad aparece en el Cordillerano en un tramo inicial de 50 kilómetros, en aquéllos se da entre las puntas: el yacimiento y el área metropolitana, entre las que media una distancia superior a los mil kilómetros. Si no es a través de un nuevo tendido, al menos podría obtenerse una ampliación parcial de la capacidad de transporte mediante nuevas estaciones compresoras. Pero las obras no fueron planificadas, todavía, y el mercado no dio por sí mismo las respuestas que los responsables de las privatizaciones le adjudicaron.