SOCIEDAD
El turno de las clausuras en los kioscos que no acatan la Ley Seca
El gobierno porteño clausuró preventivamente quince kioscos y maxikioscos por vender bebidas alcohólicas. Hubo cien locales controlados. Los inspectores decomisaron unas 1300 botellas.
Por Horacio Cecchi
La Ley Seca porteña inició ayer su segunda etapa, con rigores de mayor dosaje que los alcanzados durante los primeros treinta días (caracterizados por multas, decomisos y advertencias). Ayer, 92 inspectores recorrieron los barrios porteños, inspeccionaron alrededor de un centenar de kioscos y maxikioscos. Quince fueron clausurados. Se decomisaron 1300 botellas. Hubo algunas resistencias y casos curiosos, como el del comercio ubicado en avenida Beiró al 4700 y último de la lista de clausurados. En el lugar, los inspectores no se encontraron con un kiosco ni con un maxi. El local era un lavadero de autos y dentro funcionaba el kiosco. El jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, evaluó que la Ley Seca tuvo una respuesta positiva, aunque fueron decomisadas “miles de mercaderías”. Los kiosqueros están que trinan. Hoy se reunirá la comisión directiva de la Unión de Kiosqueros para evaluar medidas. Algunos creen que son mejores las toallas mojadas que una ley seca. El presidente de los kiosqueros, Eduardo Medaglia, dio la pauta: “Le temo más –dijo sin pestañear– a la tiranía de la democracia que a la de la dictadura”.
Hace un mes, un Decreto de Necesidad y Urgencia luego ratificado por la Legislatura prohibió la venta de bebidas alcohólicas en kioscos, maxikioscos y locales destinados a prestar servicios a automovilistas (estaciones de servicio, lavaderos de autos, entre otros). Durante esa primera etapa de treinta días, el gobierno realizó campañas de difusión, y anunció que los inspectores en sus recorridos impondrían multas de entre 300 y 10 mil pesos y realizarían decomisos de mercadería. La primera fase fue tildada como educativa, informativa o de ablande, según el prisma con que se la mirara.
Ayer, se inició la anunciada segunda etapa de la Ley Seca, la del centrifugado: 92 inspectores salieron a la calle con actas y fajas de clausura. Recorrieron diferentes barrios y visitaron más de un centenar de locales. La subsecretaria de Control Comunal, Fabiana Fizsbin, sostuvo que “si bien hay un alto índice de acatamiento, clausuramos en forma preventiva aquellos locales que no se avienen a la norma dispuesta, y retiramos la mercadería”. Fueron 15 los kioscos que recibieron la faja: 4 en Barrio Norte, 1 en Belgrano, 2 en Almagro, 1 en el Abasto, 2 en el Microcentro, 2 en Parque Patricios, 1 en Congreso, 1 en Villa Crespo y 1 en Villa Devoto.
“En total fueron secuestradas entre 1100 y 1300 botellas –confió a Página/12 una fuente de Control Comunal–. De uno de los kioscos se retiraron 400 botellas”. El último de los clausurados, ubicado en avenida Beiró al 4700, es un lavadero de autos. En su interior funcionaba un bar y un kiosco. En el lugar hubo alguna protesta airada que no pudo evitar la faja.
En esta segunda etapa, además de las multas y los decomisos, se agregaron las clausuras. El acta es girada al gobierno, donde se evalúa la multa a aplicar, que puede variar entre 300 y 10 mil pesos. El comercio no podrá levantar su clausura hasta tanto no se pague la multa. Los inspectores cuentan con una base de datos en la que se registra si el local ya recibió multas. En caso de detectarse que la infracción se repitió, el local puede perder su habilitación comercial.
En su evaluación sobre el primer mes de Ley Seca, Aníbal Ibarra consideró que “los resultados son positivos, y son acompañados por la sociedad. La medida no es contra el alcohol, no se trata de demonizar al alcohol ni las costumbres ni el acceso responsable de los adultos al alcohol, pero tampoco estoy de acuerdo con que esto sea un viva la pepa, donde las 24 horas, cada 50 metros, hubiera comercios ofreciendo alcohol a los menores. Es imposible controlar si 15 mil comercios venden a menores, por eso dispusimos esta medida”.
Por su lado, los kiosqueros entraron en efervescencia. Eduardo Medaglia, presidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina, anticipó aeste diario que hoy por la tarde se reunirá la comisión directiva. “Estamos en estado de alerta y movilización”, aseguró Medaglia. Sostuvo que la asociación ya presentó un centenar de recursos de amparo y que “la medida del gobierno fue inconsulta” y consideró que “ya había una ley que prohibía la venta de alcohol a menores que no se cumplía. Si hay prohibición de venta de alcohol que se cumpla con todos y no sólo con los kioscos. Acá, el único golpeado es el kiosco”. Después, tiró su párrafo sobre dictadura y democracia.