La carne fue uno de los productos de la canasta básica que más aumentó en el año y ahora los empresarios del sector aseguran que volverá a incrementarse un 5 por ciento, lo que se sumará al 47,2 por ciento acumulado en los últimos doce meses, según el relevamiento de precios del centro de estadísticas porteño. Los empresarios de la rama mencionan que desde principio de año hubo una fuerte contracción de las ventas, pero que es inevitable incrementar el valor final para cubrir el alza de los costos operativos por efecto del tarifazo y el cierre de la negociación de las paritarias de los trabajadores frigoríficos. Las asociaciones de consumidores aseguran que en la primera parte del año hubo un cambio en la alimentación de la población, al disminuir el consumo de carne e incrementar el de productos como la polenta, lo que muestra el retroceso en la calidad de vida de sectores de clase baja y media.

“Iremos al Ministerio de Trabajo de la Nación para firmar un acuerdo que rubrique una nueva paritaria salarial. Se prevé un incremento del 20 por ciento en los salarios, retroactivo al mes de julio, y al que se le suma otro 20 por ciento otorgado en marzo”, dijo el titular de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), Daniel Urcia. Agregó que “de esta manera le ofrecemos la misma escala salarial que los frigoríficos exportadores. Eso sí, de ahora en más, lamentablemente, tendremos que trasladar este aumento de los costos al precio final de la carne, que se incrementará entre un 5 y un 6 por ciento como mínimo en el mostrador”.

Alberto Williams, el vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías porteñas, planteó que habrá nuevas remarcaciones tras el cierre de la paritaria de frigoríficos. “En este país, con la inflación todo es posible. Puede ser que vuelvan a incrementarse 5 por ciento los precios. Esperemos que no porque con otro de esos golpe creo que la gente ya no podrá consumir más”, aseguró. Argumentó que el retroceso de la demanda de la población no sólo se observó en alimentos en los últimos meses sino que es un fenómeno repetido en otros gastos. Indicó que “la gente no saca los autos de las cocheras, no carga nafta, las estaciones de servicios están vacías, saltan las tarifas”. Planteó que con el retroceso del consumo no es bueno momento para trasladar a precios los aumentos de costos en la cadena de la carne. “El mercado está muy firme ya con este precio. Se está pagando 35 pesos en pie, o sea que ya son más dos dólares. Yo creo que es un precio muy buen”, detalló.

En el sector cárnico no sólo impactan las negociaciones salariales en la estructura de costos. Las carnicerías, pese a que los aumentos de tarifas ahora se han frenado a la espera de la decisión judicial, recibieron boletas de luz con incrementos de más de 700 por ciento en el segundo trimestre del año y los comerciantes no creen que el freno al tarifazo pueda ser definitivo, por lo que ya lo tienen contemplado entre los costos del día a día del negocio.

El consumo de carne vacuna retrocedió 7,7 por ciento en el primer semestre del año, para ubicarse en 55 kilogramos por habitante, el menor nivel en cinco años, según datos de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la Argentina (Ciccra). En localidades del interior del país la depresión del consumo fue aun mayor. La demanda bajó 16,3 por ciento en el centro del país, donde se computan los consumos de las localidades urbanas de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Para hacer frente a la crisis del sector, los carniceros ya empezaron a disminuir la calidad de los productos, al pasar de ofrecer terneras menores a un año a novillos con hasta 3 años de edad.