Sábado, 27 de agosto de 2016 | Hoy
ECONOMíA › MUY FUERTE CAIDA DE LA INVERSION PUBLICA
Pese a reiterados anuncios del inicio del plan de obras públicas, existe una marcada subejecución presupuestaria. Derrumbe de giros a las provincias.
Por Tomás Lukin
El financiamiento del Estado nacional para inversiones en las provincias registró una retracción del 19,6 por ciento interanual en los primeros siete meses de 2016. Esa caída está expresada en términos nominales, son 7100 millones menos que igual período del año pasado, y no contempla el impacto de la aceleración de la inflación sobre la capacidad de compra de ese fondeo. La escasez en el flujo de recursos por ese concepto fundamental para apuntalar las economías regionales, es inédita en la última década. Por su parte, las obras públicas determinadas directamente desde la Casa Rosada acumularon un leve alza interanual de 5,5 por ciento entre enero y julio, cifra que representa una fuerte caída en términos reales.
De acuerdo al último informe de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), el derrumbe de la inversión estatal se concentra en los programas para la construcción de viviendas alrededor del país, las obras hídricas, el sector energético, los proyectos de mejoramiento en localidades rurales y la construcción de infraestructura social como centros de usos múltiples, salas de primeros auxilios, infraestructura hospitalaria y clubes. En esos rubros, los diferentes ministerios gastaron hasta julio entre 60 y 90 por ciento menos que durante el mismo período del año pasado.
El comportamiento de la obra pública en 2016 no se explica por una situación de falta de recursos sino que responde a una decisión política. Mientras que las provincias requieren celeridad en las transferencias para gastos corrientes fundamentales para el pago de salarios y jubilaciones, el fuerte ajuste en los gastos de capital es justificado desde el oficialismo con una serie de denuncias e irregularidades vinculadas a ese universo durante el anterior gobierno anterior. Explican además que la caída fue por una redistribución presupuestaria entre ministerios y por el pago de las deudas acumuladas.
Más allá de las promesas de relanzamiento en la obra pública, la nueva configuración económica tiene como objetivo lograr una reducción del déficit fiscal. Dentro de esa lógica, la merma en el gasto público opera como mecanismo compensatorio para el pobre desempeño de los ingresos fiscales que disminuyen por la quita de retenciones, la reducción del impuesto a las Ganancias y la recesión. Como muestra el informe de ASAP, a lo largo del año la reducción del gasto público en términos reales se debió al estancamiento de la inversión real directa y las transferencias de capital a las provincias y municipios.
De continuar esa estrategia, existe consenso entre economistas de que se profundizarán las tendencias recesivas. En un escenario donde se contrae el consumo privado por el aumento en el desempleo y la caída de la capacidad de compra del salario, las exportaciones no exhiben el salto prometido tras la devaluación, el aumento en las importaciones suma presiones sobre el mercado de trabajo y la lluvia de inversiones extranjeras no se concreta, la magnitud de la recesión dependerá de la evolución de la inversión pública.
El rol contracíclico del gasto público fue fundamental para mitigar el impacto sobre el nivel de actividad de la crisis internacional y la sequía en 2009. Entre enero y julio de ese año, la Inversión Real Directa trepó 74 por ciento y las transferencias de capital a las provincias subieron 70 por ciento.
En lo que va del año una porción significativa de la contracción en los “gastos de capital” está explicada por el escaso avance en los distintos proyectos y programas administrados por el Ministerio de Interior, Obras Públicas y Vivienda. En la primera mitad del año, la cartera que encabeza Rogelio Frigerio ejecutó tan solo el 31,3 por ciento de sus partidas. De acuerdo a las estimaciones de la ASAP, hacia finales de julio se deberían haber desembolsado alrededor del 55,0 por ciento del total asignado a obras y programas. “La mitad de las obras de nuestro Ministerio no había recibido un solo peso en 2015, ajustar eso lleva tiempo. Todo se está moviendo y creemos que hacia septiembre estaremos en curva nuevamente”, indicaron a este diario desde el equipo de Frigerio.
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