En el universo de las pymes industriales no hay grieta que valga: el 84 por ciento redujo sus ventas este año y otro 13 por ciento apenas logró mantenerlas, de modo que el 97 por ciento de las pequeñas y medianas empresas no experimentó mejoras. La situación empeora a medida que se achica el tamaño de la compañía: los microemprendimientos redujeron sus ventas un 42,5 por ciento interanual. Del total de firmas pymes, el 43 por ciento disminuyó su plantilla de personal ya sea a través de despidos, retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas. Los datos fueron calculados por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) a través de un relevamiento propio en el AMBA.

Las pymes experimentaron en estos meses en carne propia uno de los grandes clásicos de la economía argentina. Se trata del efecto recesivo de las devaluaciones ante una situación de falta de divisas. En diciembre, el salto cambiario del orden del 50 por ciento disparó los precios por encima de la evolución del salario. En junio, la comparación anual reflejó un alza de precios del 41,1 por ciento frente a la suba promedio de salarios del 26,6 por ciento. La baja del salario real equivale a caída del consumo. En un mercado deprimido, las importaciones de bienes de consumo, según el Indec, subieron en los primeros siete meses un 8,3 por ciento. En tercer lugar, el tarifazo de los servicios públicos impactó en los costos y también redujo poder de compra.

En 2015, el 49 por ciento de las empresas mostró un crecimiento regular; el 36 por ciento, estancamiento y el 10 por ciento se achicó. Los números cambiaron este año. Según el CEPA, el 84 por ciento redujo sus ventas y apenas el 13 por ciento se mantuvo. Sólo el 3 por ciento de las empresas pudo crecer. Dentro de las firmas cuyas ventas bajaron medidas en cantidades, en el caso de las medianas la merma promedio fue del 27,1 por ciento, del 36,1 por ciento en las empresas chicas y del 42,5 por ciento para las microempresas.

En términos de empleo, las pymes redujeron la cantidad de personal en un 5 por ciento de forma interanual en junio, mientras que la comparación frente a diciembre de 2015 arroja una baja del 10 por ciento. Las empresas de tamaño mediano fueron las que más personal expulsaron. Las micro, pequeñas y medianas empresas generan el 60 por ciento del total del empleo en el país y el 45 por ciento del PIB.

En cuanto a la evolución de los costos, sobresale el aumento de energía, del orden del 237 por ciento a raíz del tarifazo aplicado por el Gobierno. Ese incremento no se traslada directamente a los costos totales porque el gasto de los servicios públicos suelen representar una parte menor de la ecuación de costos. En el caso del gas, el tarifazo original con los topes del 500 por ciento para las pymes será mitigado en parte por el Gobierno, aunque todavía no hay demasiados detalles. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, anticipó que el aumento del gas para los usuarios comerciales sería del 250 por ciento.

El 80 por ciento de las empresas del sector de caucho y plástico registró una caída de ventas del 26 por ciento en promedio que impactó a la baja en la inversión (-16 por ciento) y en el empleo (-4,1 por ciento). La mitad de las pymes del rubro de productos químicos redujo sus ventas en un 22 por ciento en promedio, mientras que el 33 por ciento no experimentó cambios y el 17 por ciento, mejoró sus ventas. A diferencia de otros sectores, el empleo creció 3,9 por ciento.

En maquinaria y equipo, las empresas encuestadas por el CEPA bajaron sus ventas en un 50 por ciento promedio, con una caída promedio de empleo del 19,5 por ciento y del 40 por ciento en la inversión. En otros productos de metal el comportamiento es similar, con una baja generalizada de ventas del orden del 34 por ciento. Los datos fueron obtenidos a través de una serie de encuestas realizadas entre junio y agosto sobre 49 empresas pymes del AMBA.