Jueves, 22 de septiembre de 2016 | Hoy
EL PAíS › PROYECTO PARA QUE EL CONGRESO DEFINA LA POLíTICA SOBRE MALVINAS
En comisión, diputados oficialistas y opositores propusieron declarar “la imprescriptible soberanía sobre Malvinas” y “el rol insoslayable del Congreso en medidas de política exterior”. Críticas a las decisiones de Macri y la canciller Malcorra, que no concurrirá a la Cámara.
Por Miguel Jorquera
Con un escueto proyecto de declaración consensuado, la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados ratificó “la legítima e imprescriptible soberanía sobre Malvinas” y “el rol insoslayable del Congreso en medidas de política exterior”, interponiendo la primera barrera parlamentaria al acuerdo de cooperación que la Cancillería argentina firmó con el Foreign Office británico “en materia de pesca, hidrocarburos y navegación” en el archipiélago austral. La iniciativa fue respaldada por el interbloque oficialista de Cambiemos y el grueso del arco opositor, en medio de duras críticas a la política diplomática de Mauricio Macri y la canciller Susana Malcorra sobre Malvinas. La presidenta de la comisión, Elisa Carrió, convocó para el miércoles próximo al vicecanciller Carlos Foradori para que rinda cuentas sobre el acuerdo. Luego, en semanas sucesivas, los legisladores escucharán a ex combatientes y “expertos” en política internacional.
Carrió, que dio rienda suelta a su protagonismo, intentó calmar los reclamos opositores con la promesa de que la “mayoría de Cambiemos no respaldará” ningún acuerdo de ese tipo con Londres. Desde el Frente para la Victoria reclamaron la “interpelación” de Malcorra y propusieron que abandone su función porque “no puede utilizar la Cancillería y comprometer la soberanía para su candidatura personal a secretaría general de la ONU”. El massismo se plegó amigablemente a que Malcorra se tome “licencia”.
Tras respaldar una dura declaración partidaria contra el acuerdo con la cancillería británica, la líder de la CC-ARI –con el guiño de la UCR– convocó a la comisión para debatir los proyectos de rechazo presentados por el FpV y diputados de otros bloques. Antes buscó cerrar la grieta al interior de la alianza oficialista: se reunió con el jefe del interbloque de diputados, el radical Mario Negri (también había cuestionado el acuerdo, aunque luego le había bajado el tono a la discusión) y el macrista Eduardo Amadeo. Allí, Carrió impuso su criterio “republicano de división de poderes” y el rol “insoslayable” del Congreso en política exterior sobre Malvinas para no dejar expuesta la fractura oficialista. Amadeo aceptó a regañadientes. Con el mismo criterio, Carrió sumó al resto del arco opositor, que buscó no desaprovechar la grieta abierta en Cambiemos sin abandonar las críticas y otros reclamos.
A la hora de abrir del debate, Carrió propuso firmar el dictamen consensuado del proyecto de declaración, integrar el observatorio legislativo Malvinas, el Atlántico Sur y la Antártida, y convocar al vicecanciller Foradori para el miércoles 28, además de excusar a Malcorra porque estará en Colombia.
“La declaración conjunta de Cancillería no es un acuerdo ni un tratado”, matizó Negri, pero reconoció que “no es un tema de baja intensidad” y que “genera tensión política”. Habló de su “tranquilidad” porque “el Presidente ha reiterado en la ONU el derecho soberano” sobre Malvinas. Y cerró con el pedido de tratar el tema “sin demagogia” y sin “la retórica hipócrita del nacionalismo”.
Amadeo arrancó con un planteo semántico para negar también que el documento conjunto con el Reino Unido sea un acuerdo. Eso sí, después inscribió “el acuerdo” dentro del “nuevo paradigma” PRO del “diálogo y el consenso” y “no de la lógica amigo-enemigo”.
Desde el FpV, el chaqueño Juan Pedrini tomó la palabra en reemplazo del mendocino Guillermo Carmona. “No es inocuo el acuerdo de partes”, “se da un campo de acción a las empresas extranjeras para extraer los recursos naturales de Argentina”, sostuvo, y asoció el acuerdo “al marco de negocios que ofreció el Gobierno a empresas transnacionales en el llamado Mini Davos”.
Pedrini reclamó al menos “por prudencia” que Malcorra pida licencia porque “subordina la política exterior a su candidatura en la ONU y se muestra amigable y condescendiente con el Reino Unido para que no la vete”. También consideró “preocupante” que, en la ONU, el Presidente haya “transformado una conversación de pasillo” con la premier británica “en una negociación” sobre la soberanía de las Malvinas con “una ignorancia supina”. Luego se mostró de acuerdo con la puesta en funcionamiento del observatorio parlamentario, pero también reclamó la conformación de una comisión bicameral, como proponen los senadores del FpV-PJ.
Por el massismo, el empresario José Ignacio De Mendiguren se sumó al pedido de licencia de Malcorra. “La canciller busca un cargo en la ONU y busca votos”, dijo y criticó a la canciller porque se comprometió ante los diputados a enviar el acuerdo que el Mercosur firmó con la Unión Europea y “nunca lo envió”. “No sé si estamos reconociendo a China como economía de mercado”, se preguntó para asociar la negativa de la canciller a su campaña en la ONU.
Gustavo Fernández Mendía, del Bloque Justicialista, advirtió que la postura de la Cancillería hace que “nosotros pongamos la tierra y las compañías inglesas se lleven los recursos naturales”.
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