Jueves, 22 de septiembre de 2016 | Hoy
EL PAíS › LA ASOCIACIóN MADRES DE PLAZA DE MAYO LANZA LA “CAMPAñA DE LOS LADRILLOS DEL AMOR”
Hebe de Bonafini presentará hoy con un acto en Foetra la campaña destinada a recaudar fondos. “De lo peor sacamos lo mejor”, dice Hebe y cuenta que cada ladrillo del subsuelo de la casa de las Madres que casi se derrumba fue recuperado y transformado en un recuerdo.
Por Nora Veiras
“Las Madres de lo peor siempre sacamos lo mejor”, dice Hebe de Bonafini. Esta vez lo peor fue un caño maestro de agua que estalló y socavó los cimientos de la casa de las Madres. Durante la madrugada del 31 de diciembre pasado el subsuelo se inundó y las paredes empezaron a ceder. El trabajo de apuntalamiento y reconstrucción llevó meses. Y en ese “sacar lo mejor” a alguien se le ocurrió que los escombros podrían transformarse en un pretexto para ayudar a la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Los ladrillos fueron pulidos, pintados y a cada uno se le puso una placa de metal con el logo de Madres y un número. “Como no tenemos dinero surgió la idea de un aporte solidario para ayudarnos a pagar las deudas”, cuenta Hebe.
Hoy, después de la ronda de los jueves se realizará un acto en el auditorio de Foetra, Hipólito Irigoyen al 3100, para lanzar “la campaña de los ladrillos del amor”. “Es a partir de las seis de la tarde. No es con invitación, puede ir todo el mundo. Van a estar los trabajadores de la cooperativa Rocío que hicieron el trabajo junto con los chicos de la Cámpora, de escuelas secundarias, que ayudaron. Carlos Barragán va a ser el conductor y Guillermo Fernández va a cerrar cantando”, dice la presidenta de la Asociación Madres y recuerda el despertar del último día del 2015: “a las 2 de la mañana el compañero que estaba de guardia empezó a escuchar ruido de agua, como de una inundación pero no llovía. Llamaron a Defensa Civil, a Aysa. No había forma de pararlo, se cayó la vereda, se perdió todo lo que teníamos en el subsuelo. Nos llaman a las Madres, ponen una madera como una especie de puentecito y entramos. Se había reventado el caño mayor y como es todo viejo y Aysa no invierte nada, no había llave maestra. Ellos se hicieron cargo de la calle, pero adentro lo tuvimos que hacer nosotras”.
El peligro de derrumbe obligó al cierre durante meses del bar El Revolucionario y la librería que funcionan en la casa de Yrigoyen al 1600. En riesgo también estaba el archivo que las Madres han construido durante cuarenta años. Cientos de biblioratos guardan ordenados, con un cuidado que sólo el compromiso y la conciencia pueden enhebrar, los recortes periodísticos, las denuncias, las cartas enviadas a militares, obispos, papás, políticos, los testimonios ante distintos tribunales y las fotos, miles de fotos que dan cuenta del paso del tiempo en esa búsqueda de justicia. Cada madre atesora además sus recuerdos personales, entre ellos Hebe conserva la rosa roja que Sandro le regaló en una charla que compartieron después de un recital.
La vida, con todos sus matices, de esas mujeres que horadaron con su lucha a la última dictadura está registrada en esos armarios y estantes. Hace unos días, las Madres firmaron un acuerdo con la editorial de la Universidad Nacional de La Plata para que ese material se difunda en fascículos sobre la historia de la organización.
“Ningún movimiento que resista dura si todos los días no se le ocurre algo y trabaja”, suele repetir Hebe y esta vez no fue la excepción. “Muchos venían y se asustaban porque todo corría peligro de derrumbe pero como siempre nos pasa llegó un compañero, Carlos López, y nos dio una idea llena de amor que la tomamos y nos pusimos a trabajar. La idea fue limpiar los ladrillos de los cimientos del derrumbe, colocarles una chapita con un pañuelo y un texto alusivo”, describe el tarjetón que acompaña cada caja de la “Campaña de los ladrillos del amor”.
La cooperativa Rocío instaló pilotes y realizó todo el trabajo por solidaridad, el bono solidario va a estar destinado a pagar los materiales.
“Hablar de los cimientos de las Madres es decir muchas cosas, es contar que cuando se llevaban a nuestros hijos, todos se escondían y nosotras nos hicimos visibles, hicimos que nos vieran”, explica Hebe. El Papa fue el destinatario del ladrillo 0 de Madres, el 1 fue para Cristina Fernández de Kirchner, el 2 y el 3 para Fidel y Rául Castro, y el 4 para Nicolás Maduro. Le entregaron uno también a Pilar Córdoba “por la paz del pueblo de Colombia” y otro llevaron a la embajada de Bolivia para Evo Morales. Mañana le darán uno a los representantes del pueblo palestino.
“Te tenés que inventar la vida”, sentencia Hebe mientras las otras madres preparan en la cocina las actividades para el Tercer Congreso de Comunicación y Periodismo que inauguran hoy después del acto en Foetra (ver aparte). Todas superan los ochenta y regalan vitalidad.
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