ECONOMíA › NO HABRA MEDIDAS REACTIVADORAS EN EL PAQUETE QUE PREPARA REMES
La mesa está servida con la receta del FMI
Con el dólar en baja, el Gobierno volvió a respirar por segundo día. El equipo económico prepara para la próxima semana un paquete de medidas para agasajar a la misión del FMI: ratificación del dólar libre; aumento de retenciones a las exportaciones; modificación de leyes que molestan a los bancos, y nada de abrir el corralito.
Por Maximiliano Montenegro
Por segundo día consecutivo el Gobierno respiró al compás del dólar, que volvió a bajar un escaloncito, después de una ascensión sin escalas. Ahora, la preocupación de una parte del Gobierno se concentra en frenar el envión inflacionario que disparó el dólar al superar los 3 pesos (ver página 5). Pero tanto o más importante para la supervivencia de la administración Duhalde es el paquete de medidas que el ministro Remes Lenicov y el titular del Banco Central, Mario Blejer, quien regresó ayer de Washington, elaboran para servir al Fondo Monetario a partir de la semana próxima. El ala política se ilusionó en los últimos días con medidas prorreactivación, incluida una reducción de impuestos como el IVA y la liberación del corralito para las cuentas a la vista. Sin embargo, no habrá nada de eso. El cocktail, que hoy el equipo económico en pleno presentará al presidente en Olivos, está preparado exclusivamente a gusto del Fondo: seguir con el dólar libre; aumento de retenciones a las exportaciones para mejorar las cuentas fiscales; derogación de las leyes de subversión económica y de quiebras y acuerdo con la Corte Suprema para desactivar los amparos de los ahorristas.
El dólar volvió a ceder ayer unos centavos, gracias al nuevo esquema de distribución de billetes en el mercado minorista que desactivó las maniobras especulativas de bancos y casas de cambio. Por cuenta y orden del Banco Central, los bancos y casas de cambio vendieron al público a 2,85 hasta 1000 dólares, mientras que para sumar mayores el precio rondó los 3 pesos. Además, el organismo perdió muy pocas reservas, porque, al igual que el martes, recuperó al final del día buena parte de lo que entregó, cuando los exportadores le vendieron dólares (ver aparte).
Más allá del alivio en las expectativas que provocó en el Gobierno un dólar en baja en los mostradores de venta al público, el equipo económico respiró porque los exportadores comenzaron a soltar las divisas que venían reteniendo en los últimos tres meses a la espera de más devaluación. Grandes compañías como Aluar y Pérez Companc vendieron dólares a valores de entre 2,80 y 2,90. Y por eso, el “dólar mayorista”, que fija el piso al minorista, rondó esas cotizaciones. Sin embargo, en el Central reconocen que los exportadores no se desprendieron de todo lo que se esperaba: ayer vencían unos 400 millones de dólares de empresas exportadoras en cuentas de los bancos, que debían trocarse a pesos.
A partir del martes, hay “condiciones objetivas” para que el dólar continuase la tendencia levemente descendente, porque a las liquidaciones de los exportadores debería sumársele el aporte de los bancos, en especial los extranjeros, que fueron conminados por el Central a descargar los dólares que acapararon especulativamente en el último mes, otros 400 millones de dólares. Si el Gobierno lograra disciplinar a esos dos sectores claves en la conformación del mercado mayorista, no habría motivos para que la cotización pegara un nuevo salto la semana próxima. Sobre todo, porque por el lado de la demanda de dólares los importadores a estos valores se abstienen de comprar y desde esta semana se volvió a suspender los pagos de capital e intereses al exterior por parte de empresas. Así la única demanda sostenida seguirá siendo la de los particulares, que vuelcan más del 60 por ciento de los 150 millones de pesos diarios que salen del corralito a la compra de dólares.
Claro que la tregua con los dueños de los dólares y el establishment financiero durará poco. De ahí que el equipo económico estime esencial para cambiar las expectativas anudar rápido un acuerdo con el Fondo Monetario. El lunes próximo desembarca en Buenos Aires la avanzada de la misión técnica y el lunes las discusiones tomarán color cuando arribe el jefe Anoop Singh, quien conducirá la negociación por un eventual paquete de ayuda financiera.
Blejer volvió ayer de Washington convencido de que si la meta es cerrar trato contra reloj, el Gobierno deberá olvidarse de los “proyectos prorreactivación” que circularon por el ala política en los últimos días. Tanto es así que hoy el equipo económico volverá a ir en pleno a Olivos para plantearle al Presidente la necesidad de avanzar sin rodeos en el rumbo trazado por Washington.
El menú que servirá el Gobierno desde el lunes a los enviados del FMI es el siguiente:
Tipo de cambio:
- Se mantendrá el esquema de libre flotación del dólar. Y se descarta de plano tanto una nueva Convertibilidad como cualquier esquema de tipo de cambio fijo o la introducción de una canasta de monedas.
Medidas fiscales:
- Aumento de las retenciones exportaciones probablemente al 20 por ciento, aunque terminará de definirse en el fin de semana largo. Actualmente, la alícuota es del 20 por ciento sólo para el petróleo, en tanto que los productos primarios pagan el 10 por ciento y las manufacturas 5 por ciento. Los recursos obtenidos no tendrán asignación específica –como podría ser financiar nuevos planes sociales– sino que irán a cubrir el déficit del Tesoro nacional.
- Cumplimiento del pacto fiscal con las provincias para limitar la emisión de bonos provinciales.
- Se descartan reducciones impositivas.
Medidas “jurídicas”:
- Modificación Ley de Quiebras y derogación y/o suspensión de la ley de Subversión Económica. Ayer, Duhalde estuvo reunido con los legisladores del PJ, a los que les pidió especialmente este tema (ver página 6).
- “Arreglo” –así lo llaman en el Banco Central– con la Corte para congelar la avalancha de amparos presentados en la Justicia por el corralito.
Política monetaria:
- Política monetaria “dura”, restringiendo severamente los redescuentos a los bancos. Para el caso de los bancos extranjeros que los soliciten, se les exigirá que aporten un monto equivalente de dólares desde sus casas matrices.
- Reformulación de la banca pública y contratación de un consultora internacional para la formulación de un plan de incorporación de capital privado.
- No se abrirá el corralito para las cuentas a la vista. En el equipo económico que esa medida ocasionaría una presión incontenible sobre el tipo de cambio: calculan que al menos la mitad de los 29.000 millones de pesos que actualmente están en cajas de ahorro y cuenta corrientes, correrían en pocas semanas al dólar.