ECONOMíA › PAISES RICOS DEBERAN HASTA SIETE VECES SU PIB
Endeudados están los demás
Por Julio Nudler
Aunque la Argentina parezca un país terriblemente endeudado, su relación deuda/Producto, sobre todo después de la quita que obtendrá por las buenas o por las malas, no podrá impresionar a nadie. Según proyecciones realizadas por la agencia de medición de riesgo Standard & Poor’s, el Estado japonés deberá en 2050 más de siete veces su Producto Interno Bruto, tanto por las generosas jubilaciones a que tienen derecho los nipones como porque cada vez viven más y engendran menos retoños. Envejecimiento y desbalance que distan mucho de ser rasgos exclusivos de la segunda economía del mundo. En el caso argentino, una vez recortada, la deuda será inferior al PIB, y no hay por el momento intenciones ni posibilidades de volver a aumentarla.
Las potencias industriales en general afrontan deudas aplastantes, que superarán proporcionalmente a las que las agobiaban durante la Segunda Guerra Mundial. La única forma de contener la bola de nieve consistiría, según S&P, en efectuar drásticos cortes en el gasto social y en los sistemas jubilatorios. Es decir, impopulares políticas de derecha. De no hacerlo, países como Alemania, Francia, Polonia, Portugal, Grecia y Chequia acumularán una deuda pública equivalente al 200 por ciento de su Producto hacia mediados de siglo.
Estados Unidos está relativamente mejor, en este sentido, porque recibe mayor aporte inmigratorio y tiene una tasa de natalidad más alta que la media europea. Sin embargo, el pavoroso deterioro de las finanzas públicas norteamericanas en esta era Bush obligó a revisar negativamente los pronósticos. Si hace dos años se pensaba que la deuda oficial alcanzaría a representar un 83 por ciento del Producto (GDP en su sigla inglesa), ahora se proyecta un 158 por ciento. La hipoteca presagiada se duplicó casi en cortísimo tiempo.
Para Richard Jackson, que dirige el proyecto demográfico del estadounidense Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, la catástrofe fiscal que se cierne puede ser aún peor que la entrevista por el informe de S&P. Citado por el Financial Times, Jackson indica que ese estudio subestima la prolongación de la esperanza de vida y sobrestima las futuras tasas de fertilidad. Como quiera que sea, para él casi todos los países afrontarán dentro de un cuarto de siglo un colapso presupuestario.
Precisamente cuando Estados Unidos, Japón, Alemania y Francia están aplicando, más o menos alegremente, políticas fiscales expansivas, S&P afirma que la única manera de prevenir el desastre consiste en operar desde hoy mismo con superávit fiscal, lo que no es precisamente lo que pueda permitirse, en términos de su anémica coyuntura y su alto desempleo, la economía europea, y tampoco Japón tras su crónica recesión. En cuanto a Estados Unidos, una conducta fiscal contractiva exportaría recesión al resto del mundo.
Relativamente mejor, en este ominoso panorama, se encuentran el Reino Unido, España, Suecia, Australia e Irlanda, que andan demográficamente mejor y ajustaron tuercas en sus sistemas previsionales. La Argentina, con un régimen mixto –parte reparto, parte capitalización–, carga sobre el Estado un menor fardo futuro, pero esto es sólo apariencia porque la mitad de la población carece de todo seguro para vejez o invalidez. Por tanto, hay una cuenta futura que deberá asumir el fisco, aunque no corresponda a ningún compromiso formalizado.