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El último informe monetario del Banco Central, con la recopilación de datos de marzo, dio cuenta de que el peso se apreció en relación al real, el dólar y el euro. La tendencia que tanto preocupa a Roberto Lavagna se profundizó este mes, pese a las intervenciones del Banco Central y del propio Palacio de Hacienda para detener la baja del dólar. Ayer, el tipo de cambio siguió en los mismos valores de la última semana y la moneda estadounidense cerró en 2,85 pesos.
La apreciación del peso frente a la moneda brasileña resultó, en términos nominales, del 0,4 por ciento. En relación al euro, la mejora fue del 4,2 por ciento y del 1,2 por ciento frente al dólar. En marzo, el billete verde terminó en 2,90 pesos, cinco centavos por encima al cierre de ayer. Es decir, la apreciación del peso continuó.
Los datos oficiales del Central le dan la razón al ministro de Economía, preocupado de que la revaluación del peso perjudique el crecimiento económico. Las intervenciones del BCRA en el mercado cambiario, comprando 45 millones de dólares diarios, en equipo con el Nación, que embolsa otros 10 millones, pusieron límites –al menos por ahora– a la baja del dólar. En lo que va del mes, el Central ya compró 465 millones de dólares.
El otro punto destacable del informe monetario refiere al mercado crediticio. El Central destacó que los préstamos al público y a las empresas se expandieron en 790 millones de pesos. Fue el mayor crecimiento en seis años. Pero lo cierto es que ese aumento se explicó, básicamente, por los préstamos comerciales de corto plazo, en especial a las grandes empresas. Una pequeña parte de esa expansión fue por el financiamiento al consumo, a través de las tarjetas de crédito. Por esa vía se destinaron 110 millones de pesos a lo largo del mes. Por el contrario, los préstamos hipotecarios y prendarios no logran despegar.
En este contexto, los bancos se muestran muy poco flexibles a la baja de las tasas. Por los adelantos en cuenta corriente cobran 18,9 por ciento en promedio, 1,5 punto menos que en febrero. Aunque las pymes pagan mucho más: 39 por ciento anual, en promedio.