ECONOMíA
Los mitos más famosos acerca del Presupuesto
Un estudio del Cippec aporta información útil para derribar algunos de los mitos sobre el Estado argentino más extendidos entre dirigentes, economistas y funcionarios del Fondo Monetario.
Por Maximiliano Montenegro
¿Sabía usted que, contra la idea generalizada, la presión impositiva en Argentina es cada vez menor? ¿O que el gasto público de las provincias, demonizadas por Anne Krueger como fuente de todo despilfarro, es cada vez menor en relación al de la Nación? Las respuestas a estas y otras preguntas pueden encontrarse en el revelador estudio sobre el Presupuesto 2004 que acaba de publicar el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).
Las conclusiones sobresalientes de esa radiografía del sector público argentino resultan útiles para derribar algunos de los mitos más extendidos en el imaginario de dirigentes y economistas:
- Mito 1: “El gasto público provincial en Argentina está fuera de control” (y, por lo tanto, es fuente de todos los males económicos, Anne Krueger dixit).
Como demuestra el estudio del Cippec, desde la devaluación el gasto público, medido en términos reales (de acuerdo a su poder de compra de bienes y servicios), sufrió un fuerte ajuste en todos los niveles de gobierno: cayó del 35,8 por ciento del PBI al 25 por ciento. Sin embargo, el ajuste fue mayor en las provincias que en la Nación. De otro modo, hubo una redistribución del gasto en favor del gobierno central. Mientras que en el 2001 la Nación acaparaba el 51 por ciento del gasto público consolidado de todo el país hoy concentra el 54 por ciento. En cambio, el presupuesto que ejecutan las provincias se redujo del 41 al 37 por ciento.
El resto lo ejecutan los municipios.
- Mito 2: “La presión impositiva en Argentina es cada vez más grande”.
El Cippec elabora un índice llamado “Día de liberación de impuestos”, que “permite ilustrar qué día del año los ciudadanos terminarían de pagar sus obligaciones impositivas anuales con el Estado si dedicaran todo su ingreso para tal fin”. Este concepto “se puede estimar a través de la presión tributaria (recaudación sobre PBI) nacional, provincial y municipal, aplicada sobre los días laborales del año”.
En 1999, los “argentinos” debían trabajar hasta el 15 de abril para sentirse liberados de sus obligaciones tributarias; en el 2004, con laborar para el Estado hasta el 26 de marzo bastaría. En otras palabras: la presión tributaria en los últimos años disminuyó.
El índice representa además “una medida muy útil para aproximarse a una comparación de la presión tributaria en diversos países”. En Dinamarca, sus ciudadanos dedican más de la mitad del año laborable a pagar impuestos: la fecha de liberación es el 19 de julio. En Suecia, el 9 de julio; en Francia, el 2 de julio; en Italia, el 4 de junio; en España, el 24 de mayo; en Uruguay, el 3 de mayo; en Brasil, el 26 de abril; en Estados Unidos, el 8 de abril. Sólo en India, Turquía, Chile (19 de marzo), México (20 de marzo), y Singapur, la presión tributaria es levemente menor.
- Mito 3: “El gobierno de Kirchner está ganando la lucha contra la evasión”.
Según el estudio, esto no es así. Para comprobarlo, mide la evolución a precios constantes del IVA, un impuesto directamente ligado al consumo, entre 2000 y 2003. Entre aquel año y este último, el consumo cayó un 12 por ciento, mientras que la recaudación del IVA DGI se achicó un 18 por ciento. Así, la tasa efectiva de recaudación del IVA/consumo cayó del 5,8 por ciento al 5,4 por ciento, lo que significaría que “se perdieron de recaudar 1200 millones de pesos anuales por ineficiencia de la administración tributaria”.
La conclusión anterior, sin embargo, es por lo menos controvertida, ya que es sabido que, al margen de la calidad de la administración tributaria, la recaudación tiene a lo largo de la historia argentina un comportamiento marcadamente procíclico. Por caso, durante las recesiones es normal que la recaudación del IVA caiga más que el consumo –que es subase imponible– y, por el contrario, que durante los períodos de recuperación el aumento de los ingresos fiscales sea, en proporción, mayor que el incremento del nivel de actividad. Los motivos de este comportamiento deben buscarse, entre otros, en salud de la cadena de pagos y los problemas de financiamiento de las empresas (que, ante la desaparición del crédito, optan financiarse contra el Estado en la recesión y cancelar impuestos durante el auge).
Sea como fuere, el informe destaca que “en el Presupuesto 2004, de acuerdo a las proyecciones de recaudación, no se esperan mejoras en la lucha contra la evasión”.
- Mito 4: “Hoy en el presupuesto nacional hay menos privilegios que durante el menemismo”.
El llamado “gasto tributario” es una estimación aproximada de cuánto deja de recaudar el Estado debido a la infinidad de exenciones impositivas que existen en el Presupuesto nacional. Estos “incentivos” van desde los regímenes especiales para la promoción industrial en algunas provincias, hasta promociones sectores, o exenciones a determinadas entidades jurídicas como las fundaciones de toda clase y color.
En el 2004, el gasto tributario alcanzará los 10.615 millones de pesos, 3,3 por ciento más que el año pasado.
- Mito 5: “El gasto social aumentó fuertemente en el Presupuesto 2004”.
En términos reales –es decir, según los bienes y servicios que puede comprar descontada la inflación prevista para el período– el gasto social consolidado será este año un 6 por ciento inferior al del 2003.
Sí hay un incremento importante del llamado gasto social focalizado en los sectores más pobres, que en el 2004 llega a los 9700 millones de pesos, 4,4 por ciento más en términos reales.
Un tema a monitorear en el área social, no obstante, es la ejecución efectiva de los gastos presupuestados. Por caso, “son llamativas áreas como Salud donde la ejecución del gasto alcanza apenas al 65 por ciento”, advierte el documento.