ECONOMíA › PARA LA CARTERA LABORAL, LA DESOCUPACION SEGUIRA CEDIENDO ESTE AÑO

El drama de medir empleo en vacaciones

Preocupación en el Gobierno por las lecturas de los datos del Indec que evaluaron que se frenó la creación de empleo. El ministro de Trabajo recibió una batería de datos de sus colaboradores demostrando que no es así.
Los reclamos del Presidente a Tomada.

 Por Raúl Dellatorre

Los títulos de la mayoría de los diarios nacionales de ayer provocaron la alarma del Presidente y sus colaboradores más cercanos. Las alusiones a que se “frenó la creación de empleo” o a que “la economía crece pero el desempleo no cede” llevaron a Néstor Kirchner a convocar, bien temprano, al ministro de Trabajo a sus oficinas. Carlos Tomada llegó al despacho presidencial sabiendo de qué se trataba el interrogatorio: el día anterior ya se había atajado con un comunicado en el que explicaba que las condiciones “estacionales” de la medición del desempleo en los tres primeros meses del año podían inducir a interpretaciones erróneas. Fue en vano. La mayoría de los medios gráficos cruzó los datos –difundidos en paralelo por el Indec– de crecimiento económico y variación de la tasa de desempleo (uno anual, el otro trimestral) y sacó una conclusión simple, aunque errónea. En la cartera laboral confían en que el índice de desempleo del segundo trimestre (el que corre) demostrará que la recuperación del mercado laboral sigue el rumbo trazado durante 2003, tal cual adelantó ayer Tomada a este diario. Pero para verificarlo, todavía faltan tres meses.
La confusión es técnica, pero la lectura es política. Si el crecimiento de la economía y el del empleo se miden en un período anual, como corresponde, el resultado es homogéneo. El primero resulta del 11,2 por ciento, el del empleo del 8,4 por ciento. De allí que varios funcionarios repitan, sin ser comprendidos, que “por cada punto de crecimiento del PIB, el empleo crece 0,73”, una proporción más que reconfortante. Ahora, si la lupa se pone sobre la evolución de la tasa de desempleo entre el IV trimestre de 2003 y el I trimestre de 2004, se observa una mínima variación del 14,5 al 14,4 por ciento de la población económicamente activa. Pero si esa tasa se comparara con la evolución del índice de actividad económica entre esos mismos períodos, sin desestacionalizar (es decir, sin corregirlo por la incidencia de las vacaciones, por ejemplo), igualmente la evolución del empleo quedaría bien parada.
Esta misma explicación recibió ayer el Presidente de la Nación de boca de su ministro de Trabajo. La respuesta fue inmediata: “Entonces, salí y explicalo”. Tomada trató de ser lo más didáctico que pudo frente a los periodistas acreditados en Casa de Gobierno que cubren el turno del mediodía. Si suponía que a estas horas iba a estar brindando un balance de su paso por Ginebra y su presentación ante la OIT, se equivocó. La realidad va a otra velocidad.
Tras haber asumido que la falta de un “desestacionalizador” para la tasa de desempleo –la encuesta tiene apenas un año de estrenada y el índice recién se empezó a difundir hace un semestre–, Tomada le aseguró a Página/12 que confía en que los resultados de la encuesta para el segundo trimestre –el que está en curso– demostrarán que la recuperación del empleo sigue en el sendero trazado durante 2003. “Me da la impresión, por algunos datos que aún manejamos de manera informal, que en mayo vuelve a haber creación de empleo, inclusive en la misma medida que en abril”, afirmó. Sin embargo, se niega a dar un pronóstico. “La desocupación es un tema muy delicado, porque involucra a la vida de la gente, por eso no me gusta jugar con eso.”
Los analistas que acompañan la gestión de Tomada se apuraron ayer a trabajar algunas conclusiones sobre los datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec, de forma de tranquilizar a su jefe proveyéndolo de más elementos para defenderse. Por ejemplo, que la creación total de empleo urbano entre los primeros meses de 2003 y el mismo período de 2004 favoreció a 826 mil personas (excluyendo a los remunerados por planes sociales). Un 40 por ciento de esa creación neta de empleo corresponde a puestos registrados (con aportes) y el 60 por ciento, a no registrados o en negro. El dato, con ser preocupante, es evaluado en las oficinas delministerio como positivo, dado que hasta 2001 tan sólo el 15 por ciento de la creación de empleo correspondía a puestos declarados.
El informe elevado a Tomada observa que, “del análisis de la evolución de la población ocupada según rama de actividad, la mayoría incrementó sus dotaciones de personal” en el último año. En este caso, incluyendo los beneficiarios de planes sociales que realizan alguna contraprestación laboral, el incremento de puestos de trabajo asciende a 988 mil personas. De ellos, la mayor parte se concentra en Comercio (342 mil), Construcción (279 mil), Servicios financieros, de alquiler y empresariales (187 mil), Industria (170 mil) y Hoteles y Restaurantes (105 mil). El resto de los sectores tiene, globalmente, una pérdida de 88 mil puestos. Proporcionalmente, los sectores que más incrementaron su dotación fueron Construcción, 38 por ciento, y Hoteles y Restaurantes, 30,8 por ciento. Sin embargo, la evolución que más entusiasma a los funcionarios de la cartera laboral es la de Industria, que a pesar de tener un crecimiento más moderado del 10,8 por ciento en el año, es el rubro donde se crean los empleos de “mejor calidad”, tanto por la formalidad como por el nivel de remuneración.
Funcionarios y técnicos de la cartera laboral son optimistas cuando analizan los datos de evolución del empleo. Pero el traspié sufrido por una interpretación diferente en los medios de comunicación no deja de preocuparlos. Incluso, en los pasillos del edificio de Alem al 600 ya se habla de una suerte de “síndrome Cavallo”. El recuerdo del ex superministro saliendo casi a diario a dar explicaciones para responderle a los diarios los persigue como un fantasma. “No sea cosa que, sin darnos cuenta, terminemos haciendo lo mismo”, dicen medio en broma, medio en serio. Por ahora, están seguros de que la base técnica de la información que manejan les da la razón. Y también saben que los fantasmas no existen. Pero que los hay, los hay.

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El Gobierno insiste: la creación de empleo no se detuvo. El problema es cómo se lo mide.
La construcción, el comercio, hoteles y restaurantes e industria, con fuerte aumento de dotación.
 
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