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El canciller Rafael Bielsa les restó importancia a las fuertes declaraciones realizadas anteayer por el titular de Industria de Brasil, Luiz Furlán. En el marco de las disputas por el comercio de electrodomésticos, Furlán había dicho que su país “no seguirá tolerando” la imposición de barreras comerciales por parte de Argentina. Desde España, Bielsa respondió que le “preocuparía que una cosa semejante” la dijera el presidente Lula da Silva. “Como lo dijo Furlán y no Lula, me preocupa menos”, ponderó.
Intentando bajar el tono de la disputa, Bielsa optó por contextualizar el reclamo. “Estamos discutiendo intereses coyunturales, por lo que cada uno maximiza su costado de posibilidades de negociación, y en ese sentido hay que interpretar las afirmaciones de Furlán”, señaló Bielsa en declaraciones radiales.
La puja de “intereses coyunturales” hizo eclosión en julio pasado, cuando ante los reclamos de los industriales argentinos que producen electrodomésticos de línea blanca, heladeras, lavarropas y cocinas y televisores, por la “invasión de productos brasileños”, el Ministerio de Economía decidió establecer una serie de medidas de protección por la vía de las restricciones comerciales. Se fijaron licencias no automáticas para la importación de lavarropas, un arancel del 21 por ciento para los televisores de la zona franca de Manaos y se autolimitó la venta de cocinas para que las brasileñas cubran por debajo del 50 por ciento del mercado argentino. Efectivamente, en el primer semestre del año las importaciones de lavarropas habían aumentado el 176 por ciento, las de heladeras el 126 y las de cocinas el 121 por ciento.
Sin embargo, el enojo de los brasileños habría sido desatado antes que por la continuidad de las restricciones, por el dato de que la Argentina habría reemplazado importaciones brasileñas por otras provenientes de México y Chile, un dato que fue rechazado por los empresarios locales al considerar que las importaciones desde estos países, si bien aumentaron objetivamente, no son significativas. “Brasil no aceptó reducir su participación en el mercado argentino para favorecer a terceros”, había reclamado también Furlán. “Si terceros serán favorecidos, entonces se acabará el juego”, advirtió.
Para Bielsa, “no está mal en algún sentido que Furlán haga esas expresiones porque lo que está haciendo es negociar. Nosotros también tenemos nuestras expresiones en nuestro momento cuando tratamos de maximizar nuestra posición negociadora”, afirmó.
Lo notable, en cualquier caso, es que toda la discusión se produce por bienes que sólo representan, como reconoció Furlán, el 1 por ciento del comercio bilateral.