ESPECTáCULOS › EL SAXOFONISTA ANDRES BOIARSKY, DE REGRESO EN BUENOS AIRES
Los sonidos del hijo pródigo
Estudió en el Royal College of Music. Fue discípulo de Gillespie y arreglador de Lionel Hampton. Hoy toca en La Revuelta.
Por Diego Fischerman
Son muchos años. Cuando Andrés Boiarsky se fue, primero a estudiar en el Royal College of Music, en Londres, y después a vivir a Nueva York, era apenas uno de los músicos de jazz argentinos más prometedores de su generación. Ahora, muchas cosas son distintas para este saxofonista que fue integrante y arreglador de la orquesta de Lionel Hampton, de la United Nations Orchestra, fundada por Dizzy Gillespie y dirigida por Paquito D’Rivera y de innumerables grupos junto a intérpretes como el trombonista Slide Hampton o el trompetista Claudio Roditi.
En parte cambió la escena del jazz porteño (“músicos más preparados”, define Boiarsky) y, en parte, él mismo (“menos preocupado por tocar la mayor cantidad de notas y por demostrar una técnica”, confiesa). De su última partida lo separan diecisiete años. Y ahora está de vuelta. Hoy a las 22 tocará nuevamente en dúo (ayer a la noche lo hizo por primera vez) con la pianista y compositora Tomoko Ohno, en La Revuelta (Alvarez Thomas 1368). Y los próximos viernes 29 y sábado 30, en el mismo lugar y a la misma hora, se les agregarán Guillermo Delgado en contrabajo y Fernando Martínez en batería. Con ese cuarteto, además, Boiarsky grabará aquí un CD para el catálogo del sello Notorious, que acaba de cumplir un año de existencia y ya publicó trabajos de Manolo Juárez, Pablo Ziegler con Quique Sinesi y Gustavo Bergalli en dúo con Jorge Navarro.
“Mi proyecto personal, en la actualidad, es tocar la música de Tomoko junto a ella. Paralelamente, lo hago con la Dizzy Gillespie Alumni All Stars, junto a John Faddis, James Moody, Slide Hampton”, cuenta el saxofonista. Ohno, nacida en Tokio y radicada en Estados Unidos, alumna de pianistas como Harold Mabern e integrante de grupos de Wynton Marsalis, Benny Golson y Joe Henderson, entre otros, dice que para ella no es diferente componer música clásica y jazz. “El músico de jazz improvisa, por supuesto, y eso es algo que tengo en cuenta. No se escribe lo mismo ni de la misma manera. Pero, en ambos casos, uno piensa en forma de sonidos y busca una manera de poder traducirlo a quien va a tocar”, explica ella, a tres días de haber llegado a Buenos Aires y mechando, cada tanto, alguna palabra en español, extraída de un diccionario que lleva siempre consigo y que explica en japonés, por ejemplo, el significado de la palabra “chorizo”. Tomoko Ohno detalla: “Pienso en secuencias de acordes de la manera en que es tradicional en el jazz, pero trato de que siempre haya algo más; un color, un matiz, cuestiones que van más allá de la improvisación, pero que la completan y le dan riqueza”.
La pianista reconoce en Boiarsky “una herencia y una tradición cultural distintas de las de los músicos estadounidenses” y él aclara que, en el ambiente del jazz norteamericano, “latino” quiere decir caribeño, a veces brasileño o, en el mejor de los casos, “con tambores” y que, por lo tanto, “un blanco, descendiente de rusos, tiene muy pocas posibilidades de ser visto como latino. Mi tradición, por otra parte, está bastante lejos del son y los montunos. Aquí toqué, antes de irme, tango, folklore, pero realmente no creo que tenga sentido tomar piezas que parezcan argentinas y después hacer temas de jazz, con desarrollos de jazz y solos de jazz”. Boiarsky piensa que si se trata solamente de tranquilizar conciencias, no vale demasiado la pena. Pero, al mismo tiempo, coincide con Tomoko en que, por ahí, su manera de tocar no es igual a la de un negro norteamericano. “He tocado en grupos donde todos los demás eran negros, he estado de gira con ellos y lo que puedo decir es que se aprende una barbaridad. Ellos, por su parte, por algún motivo, se sienten más cerca de un blanco de esta zona de América, al que ven también como una especie de marginal, como miembro de una minoría, que de otros blancos. Es como si cierta marginalidad nos hermanara.”