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Desde Washington, el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, se mostró a tono con las demandas de apurar el ajuste recibidas tanto de las autoridades del FMI y del Tesoro estadounidense, como de los países más ricos del planeta que integran el G7. Remes prometió que en “un par de semanas” se firmarán los acuerdos de reducción de déficit con las provincias y que hay consenso legislativo para aprobar las reformas a las leyes de quiebra y de subversión económica. Anne Krueger, número 2 del Fondo, destacó que si se cumplen estas tres condiciones “hay buenas razones para que el Gobierno sea optimista” sobre un inminente acuerdo con el organismo.
Remes se mostró muy optimista a pesar del mensaje de advertencia que tanto el FMI y el G7 lanzaron a Argentina el sábado: no habrá acuerdo de ayuda financiera hasta que el Gobierno no cumpla las reformas exigidas.
“No necesitamos que nos lo diga Horst Koehler (director gerente del FMI). Para nosotros es sumamente urgente el avanzar hacia la resolución de los problemas que tenemos. Somos absolutamente conscientes de que estamos en una crisis muy, pero muy profunda”, destacó el ministro.
Como balance de los tres días de reuniones en Washington, Remes Lenicov dijo que se “dilucidaron” muchos aspectos y se redujeron a “dos o tres” las precondiciones del FMI. El director gerente del FMI, Horst Koehler, dijo el sábado que esperaba que una misión del Fondo partiera a mediados de mayo para Buenos Aires para empezar a negociar una carta intención. Pero tanto Koehler como los ministros G7 advirtieron que Argentina deberá antes cumplir con las tres promesas que hizo al FMI en marzo: control del déficit fiscal, nacional y provincial, reformas de las leyes de quiebra y de subversión económica, y estabilidad monetaria, con libre flotación del peso. El vocero Eduardo Amadeo se ocupó ayer de anunciar en Buenos Aires que estas demandas serán cumplidas (ver aparte) incluso con extras, como la demandada de reestructuración de la banca pública.
Remes también se mostró confiado sobre la complicada negociación con los gobernadores: “Seguramente en los primeros días de la semana vamos a estar en condiciones de tener un cronograma de acuerdo con las provincias”. El plazo para acordar “debería ser lo más corto posible: un par de semanas”, agregó.
En este contexto el Fondo exige un superávit primario (sin contar el pago de los intereses de la deuda externa) global de entre 1,2 y 1,4 por ciento. Esto significa que las provincias reduzcan sus déficit un 60 por ciento. El Ministerio de Economía, en cambio, prevé que el indicador sea de 0,8 por ciento.
Ayer, Anne Krueger, subdirectora del organismo monetario, dijo que “las autoridades argentinas tienen confianza en poder lograr un acuerdo con los gobernadores” y si ello se logra una misión del FMI podría negociar una Carta de Intención. Krueger explicó que el regreso de la reciente misión del FMI se produjo cuando las provincias afirmaron que no podrían llevar a la práctica el pacto fiscal que habían acordado con el gobierno central. “De manera que ellos tienen que negociar un nuevo pacto, y tan pronto ello suceda, nuestra gente puede volver, y bastante rápidamente llegar al punto de negociar una Carta de Intención”, agregó.
Como el gobierno argentino informó la pronta aprobación legislativa de la revocatoria de la Ley de Subversión Económica y una nueva Ley de Quiebras “creemos que hay buenas razones para que el Gobierno sea optimista, yo creo que ellos pueden adelantar las cosas que necesitan hacer, de manera que podemos hacer progresos, y llegar a un acuerdo”, completó Krueger.
Claudio Loser, director para el Hemisferio Occidental del Fondo, dijo que la situación económica de Argentina no puede ser peor. En Argentina “está cayendo el Producto (Interno Bruto) a una tasa de por lo menos 10%, hay una tasa de desempleo importante, hay una situación muy difícil en el sector externo y no hay financiamiento del exterior. En términos deindicadores económicos de ese tipo es difícil ver una situación más difícil”, concluyó.